Inteligencia artificial en el sector legal: mejora procesos y calidad de vida

Este tipo de tecnología alcanza su mayor rendimiento al ser empleada con mayor frecuencia gracias a lo que se conoce como machine learning. / Foto: Unsplash, Charles Deluvio.
Este tipo de tecnología alcanza su mayor rendimiento al ser empleada con mayor frecuencia gracias a lo que se conoce como machine learning. / Foto: Unsplash, Charles Deluvio.
Quien se encuentre mejor preparado tendrá las mejores oportunidades. 
Fecha de publicación: 24/01/2022

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) es una realidad en el sector jurídico. Ante los avances, es inminente para el sector legal entender sus implicaciones y el papel que juega en la labor de las y los abogados. 

Resistencia sénior

Algunos colegas, los más afectos a las tradiciones del sector, son reacios y temen que la IA suponga el fin de su labor para ser remplazados por máquinas, algo bastante extremista. Esta concepción no puede estar más alejada de la realidad: la IA, por el contrario, implicará la reducción de tiempo en tareas repetitivas que no agregan valor al trabajo de las y los profesionales y les dejará tiempo de concentrarse en temas que requieren el análisis profundo basado en la experiencia. Será una fórmula que combine menor tiempo y menor coste para encontrar la mejor solución para los clientes.

Los abogados que reciben la tecnología con los brazos abiertos entienden que se convertirá en su mayor aliado, como ya lo es para muchos profesionales de otras disciplinas. 


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Un ejemplo de cómo la tecnología ayuda a ofrecer servicios jurídicos más rápidos, correctos e innovadores para los clientes es su aplicación en los conocidos procesos de debida diligencia, pues a través de un software —alimentado con la información que un equipo multidisciplinario establece— se podrán encontrar aquellos elementos de un contrato o documento que puedan suponer un riesgo para determinada transacción de compra o venta de una empresa. Cuando esas cláusulas o elementos son encontrados por el programa, la labor del software termina y es el abogado quien empieza a explorar las implicaciones legales de incluir o no una determinada consigna en un documento y será él mismo quien evalúe el riesgo asociado a un finding. Adicionalmente, será el abogado quien, en un lapso de tiempo más corto del que actualmente estamos acostumbrados, informará al cliente sobre los riesgos que implica una determinada transacción. Es decir: reducción de tiempo y aumento de calidad en el servicio gracias a la IA.

No obstante, para que esta esta alianza entre abogados e IA funcione se requiere que el abogado tenga apertura a los desarrollos tecnológicos, se familiarice y conozca los programas que aplicará, que no tenga miedo a su utilización y que entienda que un software se puede convertir en su mejor socio para mejorar. Dicha mejora no solo alcanza a la mejora del servicio sino que inclusive alcanza su calidad de vida, al poder contar con una mejor administración del tiempo. Esta posición es claramente apoyada por Tonya Custis, directora de investigación en Thomson Reuters, quien establece que: 

"Cuantos más abogados sepan cómo funciona efectivamente la IA, más cómodos se sentirán con ella. Es importante comprender cómo los algoritmos de inteligencia artificial usan los datos y cuáles pueden ser sus consecuencias en el rendimiento de este tipo sistemas. Las personas tienen miedo de lo que no entienden, por lo que es importante que se tomen el tiempo para conocer el panorama general de la IA y cómo se aplica a lo legal".

Es claro entonces que la familiarización de las y los abogados con la IA es fundamental para incrementar su uso y mejorar la eficiencia de estos sistemas. Este tipo de tecnología alcanza su mayor rendimiento al ser empleada con mayor frecuencia gracias a lo que se conoce como machine learning, que permite que la IA sea más precisa.


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Resistencia júnior

Por otro lado, hay un grupo de abogados, los becarios o abogados júnior quienes en su gran mayoría creen que se verán afectados por la aplicación de la IA en su trabajo. Algunos consideran que la revisión de documentos, que son los trabajos básicos con los que empiezan sus carreras, serán realizados por máquinas, por lo que concluyen que ya no serán requeridos por despachos o empresas. ¿Es esto cierto? En mi opinión, no. 

Los becarios o abogados júnior también se verán beneficiados por la IA, pues a través de la ella se llevará a cabo una revisión más rápida y eficiente de un documento, lo cual no quiere decir que ellos no sean requeridos para aportar su conocimiento al momento de identificar las consecuencias de determinados hallazgos realizados por un programa tecnológico. Es evidente que el trabajo de un becario o abogado júnior no será el mismo que realizan en estos momentos, sería incorrecto afirmar que su trabajo no sufrirá cambios con el paso del tiempo.

Pero, aunque podemos garantizar que el enfoque que tendrá esta posición en el futuro será distinta, no será obsoleta. Es importante que los becarios y abogados júnior se familiaricen con las herramientas de IA para que puedan utilizarlas y sacarles el mayor provecho posible, lo cual, sumado al conocimiento jurídico adquirido, puede aportar para que el sistema funcione de una manera más precisa y ágil. 

La conciencia de que su trabajo ya no será el de la simple revisión operativa de documentos, sino que podrán empezar a generar un pensamiento crítico es, de hecho, un punto a su favor, pues desde el día uno tendrán la posibilidad de interpretar las consecuencias de los hallazgos que realice el sistema de IA y los abogados sénior agradecerán todo el aporte que pasantes y abogados júnior puedan hacer, pues podrán concentrarse mejor en los aspectos estratégicos del caso que estén trabajando. Mi mejor recomendación para este grupo de abogados es que comiencen a capacitarse en los temas que tienen que ver con desarrollo de tecnología para el sector legal e incluso, si fuera de su interés, tomen algún curso básico de programación o minería de datos. Estas herramientas han probado su valor al encontrar su intersección en los ámbitos jurídicos: quien esté mejor preparado tendrá las mejores oportunidades. 

Como abogados no podemos tener miedo a la tecnología, sino que la debemos entender, acoger y usar en favor del despacho o de la empresa y de los clientes, quienes al final serán los más beneficiados. 

*Juan Sebastian Ferreira es miembro de ALIL. Es abogado con magíster en Derecho Internacional de los Negocios por ESADE y estudiante de Maestría en Derecho Digital en la Universidad de Barcelona. 

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