Silvia Amador: "Valoro mucho el interés genuino por la empresa"

Como cooperativa de productores de leche, Dos Pinos "es particularmente sensible a factores climáticos y en esta región eso representa un reto importante" / Pixabay
Como cooperativa de productores de leche, Dos Pinos "es particularmente sensible a factores climáticos y en esta región eso representa un reto importante" / Pixabay
"El sector o industria no es determinante para mí al analizar un posible cambio de trabajo, sino el sentir si me logro identificar con los valores de la empresa"
Fecha de publicación: 05/06/2019

Silvia Amador es una abogada que valora mucho haber podido hacer una carrera transversal y descubrir lo que realmente le gusta. Aunque dice que lo importante no es el sector en el que trabaja, sino identificarse con unos valores. Recalca que estar en una cooperativa equivale a trabajar en una organización donde la responsabilidad social es algo que se valora a diario.

 

La directora legal de la costarricense Dos Pinos conversó con LexLatin en la serie de entrevistas General Counsels.

Silvia Amador
Silvia Amador

 

—En la carrera de todo abogado llega ese momento en el que hay que decidir entre el camino de abogado de firma y el de in-house. ¿Cuál fue ese momento para usted y qué le llevó a tomar esa decisión?

 

—Es cierto, una siente esa inclinación. Algunos abogados prefieren permanecer y crecer en una firma (o iniciar la suya propia) y otros hacia explorar el mundo corporativo.

 

En mi caso, a partir de la relación con los clientes que atendía desde una firma, empecé a interesarme mucho más por la parte de negocios. Me pareció interesantísimo entender cómo se concatenaban distintas áreas (financiera, comercial, estratégica) con la parte legal. Tuve la oportunidad de explorar ese mundo corporativo.

 

—En Dos Pinos en concreto lleva cinco años. Antes pasó por la tecnológica GBM y por una de las big four (KPGM). ¿Qué aprendizajes ha adquirido de estos distintos sectores? ¿Le gustaría cambiar en algún momento de industria como in-house? 

 

—El paso por los lugares en los que he trabajado, definitivamente, me ayudó a definir qué me gusta hacer, a identificar qué hace un trabajo valioso para mí, siendo de lo más importante la calidad de las personas con las que comparto el día a día, la cultura organizacional y, por supuesto, que el trabajo sea desafiante.  El sector o industria no es determinante para mí al analizar un posible cambio de trabajo, sino el sentir si me logro identificar con los valores de la empresa.

 

—¿Cuáles son los retos más grandes que enfrenta un consultor jurídico? ¿Puede dar un ejemplo de una situación difícil que le haya tocado manejar?

 

—Creo que el mayor reto, siendo abogada de empresa, es encontrar el balance adecuado entre las necesidades y expectativas del negocio y la defensa de los asuntos de naturaleza estrictamente legal.

 

No solo hay que tener un entendimiento claro del quehacer de la empresa, sino que hay que reconocerse como parte de un equipo. Apoyar que la decisión que se tome finalmente, ante determinada situación o evento, sea una decisión informada pero también comprensiva, que considere pros y contras, negocio y contingencias.  No se puede pretender ser la estrella o el protagonista, ni tampoco ser el más popular por complacer a los otros. Es un rol de mucha responsabilidad pero a la vez de flexibilidad.

 

—¿Qué es lo que más valora del apoyo de los abogados externos?

 

—Valoro mucho el interés genuino por la empresa, por el negocio. Me encanta cuando les veo ganas de entender la cultura de la organización, los antecedentes, el entorno del caso que están analizando.  También aprecio enormemente la comunicación asertiva, honesta, clara y directa.

 

No me gusta el lenguaje complicado, ni la rigidez en las formas, ni el alarmismo para venderse como superhéroes.

 

—¿Cuáles son los tres principales criterios que utiliza para seleccionar a una firma de abogados?

 

—En general, no selecciono firmas de abogados sino abogados propiamente. Para eso me baso en el expertise de la persona (o las personas) que me van a apoyar, su experiencia comprobada en la materia que necesito.

 

Valoro la sencillez, la transparencia y la apertura que perciba de los abogados. Por supuesto que pesa también la flexibilidad que tengan en cuanto al esquema de cobro. Normalmente propongo estructuras que nos funcionen a ambas partes, pero que no son los esquemas tradicionales.

 

—En ese mismo sentido, ¿qué importancia tiene en Dos Pinos que las firmas con las que trabajan compartan ciertos valores del modelo de negocio? ¿Incluyen en su criterio asuntos como la diversidad? (Con esto nos referimos a brecha salarial, equidad representativa entre socios y socias, etcétera)

 

—Sí, claro. Me siento mucho más cómoda si al ver el comportamiento de las personas y el ambiente de la firma puedo notar que valoran a los colaboradores como seres humanos, por sus capacidades y lo que cada uno pueda ofrecer o aportar, más allá de formas o “criterios de aceptación” que tengan que ver con aspecto, ideología, género por supuesto, o cualquier preferencia o tendencia.

 

En la diversidad está el mayor provecho que se puede sacar a una organización, creo yo.

 

—En Costa Rica, ¿cómo valora la responsabilidad social de las empresas? ¿Están mejor representadas las diversidades en las compañías que en las firmas legales?

 

—Trabajo en una cooperativa de productores de leche. Con esa perspectiva le puedo decir que, solo por la naturaleza de la empresa, la responsabilidad social para con los asociados y comunidades cercanas, se vive y se valora a diario.

 

Creo que en las firmas de abogados hay una noción más clara de conceptos relacionados (como sostenibilidad, diversidad, inclusión) porque en las firmas se tiene una formación predominantemente jurídica. Esos son temas muy en boga en este momento, asuntos que tienen que ver con derechos universales. Uno, como abogado, se identifica con esas nociones fácilmente.

 

Al haber más familiaridad con estos conceptos en los bufetes, sí pienso que puede haber mayor representatividad ahí.

 

—Se habla mucho de que la facturación de honorarios bajo el sistema de tarifa horaria está desapareciendo, ¿cuál es su opinión?

 

—Personalmente, prefiero analizar junto con el abogado el tipo, tamaño, magnitud, riesgo, relevancia en general del trabajo encomendado y, a partir de ahí, establecer un estimado de honorarios.  También trato de ser consciente cuando resulta que el trabajo fue mayor al dimensionado originalmente y se debe hacer un ajuste.

 

La tarifa horaria no me gusta, no confío tanto en ese esquema.

 

—¿Qué consejo daría a las firmas de abogados para que sean verdaderos aliados de sus clientes corporativos?

 

—Que busquen entender, lo más profundamente posible, la actividad del cliente, la parte comercial u operativa, las expectativas y necesidades, el entorno o mercado en el que se mueve. Así, la asesoría puede ser más completa e incluso pueden identificar nuevas oportunidades para ellos mismos.

 

—¿Cuáles son los principales retos que enfrenta el sector en el que Dos Pinos desarrolla actividades?

 

—Además de los retos propios del mercado y su susceptibilidad a factores socioeconómicos, la actividad del sector primario de Dos Pinos (los productores de leche) es la base de la cooperativa. Es particularmente sensible a factores climáticos y en esta región eso representa un reto importante.

 

Ya en la parte operativa hay una gran cantidad de temas regulatorios que debemos cumplir y mantener bajo un estricto control y dinámica de actualización constante.

 

—Por último, ¿qué le diría a los jóvenes estudiantes de derecho que se debaten entre ser abogados de firma y ser in-house?

 

—Que salvo que tengan una predefinición muy fuerte por temas familiares, por ejemplo, traten de experimentar ambos roles.

 

En las firmas uno lidia con clientes de distintas industrias, giros, ve variedad de casos de esa diversidad de clientes. Además, tiene el apoyo de los compañeros y los jefes (todos abogados), se nutre del conocimiento y experiencia de los otros, y eso es un gran aporte a la formación legal.

 

En una empresa uno aprende un poquito de muchas otras áreas distintas a la legal. Esto enriquece el bagaje con el que uno va por la vida y a la vez tiene la oportunidad de practicar el derecho. Depende de la preferencia de cada quien, pero vale la pena transitar las dos rutas para decidir. En mi caso, siento que fue perfecto formarme primero en bufetes/firmas y luego ser abogada de empresa.

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