Este año, luego de haber publicado el Marco de Referencia de Bonos Verdes, Sociales y Sostenibles, el Ministerio de Hacienda de República Dominicana debutó en el mercado internacional en junio, con la que fue su primera emisión de bonos verdes.
Es de recordar que en 2008 el Banco Mundial realizó la primera emisión de bonos verdes, y con ello inauguró el mercado de ofertas de bonos temáticos. El acontecimiento respondió al interés de fondos de pensiones suecos de invertir en proyectos relacionados con el clima. Esta iniciativa sirvió de modelo para los principios de los bonos verdes que actualmente coordina la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA, por sus siglas en inglés). La emisión del país caribeño, apoyada por el Banco Mundial, estuvo alineada a los principios de la ICMA.
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La oferta, por 750 millones de dólares, fue sobresuscrita seis veces y esta sobresuscripción, a decir de Ricardo Pellerano Nadal, asesor sénior de Pellerano Nadal, se puede leer como un indicativo de la confianza del mercado en la economía dominicana, pero también como la capacidad del país para cumplir con sus compromisos financieros y con los objetivos climáticos, a través del desarrollo de proyectos sostenibles.
La emisión se enmarcó dentro de la estrategia financiera del país que busca atraer inversión sostenible, diversificar las fuentes de financiamiento del país y promover proyectos que contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático y se alinea con las metas del país establecidas en la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030.
Inversionistas institucionales, como fondos de pensiones, aseguradoras y fondos especializados en inversiones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) se interesaron en estos títulos.
“Este tipo de emisión responde al creciente interés de los inversionistas por financiar iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible y tienen un fuerte enfoque en la transición hacia una economía más verde y resiliente”, comenta Ricardo Pellerano Nadal.
¿Cuáles fueron las condiciones? A una tasa de 6,600 %, a un plazo de 12 años. El costo de financiamiento fue de 15 puntos básicos por debajo de los bonos convencionales, según el análisis del Banco Mundial.
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Oportunidad a la vista, pero…
Para el especialista, los países de América Latina tienen un potencial significativo para emitir bonos verdes soberanos, dado su alto nivel de vulnerabilidad al cambio climático y la creciente necesidad de financiamiento para proyectos sostenibles.
“La región enfrenta grandes desafíos ambientales, como la deforestación, la degradación de ecosistemas, la escasez de agua y la vulnerabilidad ante desastres naturales”, menciona.
Este contexto, expone, crea una demanda urgente de financiamiento para proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático, como la transición hacia energías renovables, la infraestructura resiliente y la conservación de ecosistemas, y los bonos verdes representan una herramienta clave para canalizar recursos hacia estas áreas.
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Como se ha señalado en comunicaciones del Banco Mundial, esto cobra mayor relevancia frente a las limitaciones presupuestarias de los países, en los que la movilización de financiamiento privado y extranjero es crucial para cumplir con los compromisos y metas en materia de desarrollo sostenible y cambio climático. Pero no se trata de un asunto que competa solo a esta región, pues hay un creciente interés de los inversionistas por instrumentos financieros vinculados a la sostenibilidad y los criterios ESG a escala global, comenta el abogado, y añada que los inversionistas se encuentran en la búsqueda de diversificar sus carteras hacia activos verdes.
"Es allí donde los países de la región pueden aprovechar este creciente apetito para captar fondos en condiciones favorables".
No obstante, advierte que la falta de marcos regulatorios robustos para garantizar la transparencia y verificación de los proyectos financiados, así como la capacidad técnica y administrativa para gestionar estos fondos de manera efectiva son algunos de los desafíos que los países de la región deben superar.
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Necesidades de inversión
Información divulgada por el Banco Mundial indica que el gobierno dominicano ha identificado necesidades de inversión por el orden de 1.600 millones de dólares para el periodo 2022-2025, para un portafolio de proyectos y programas con "alto impacto ambiental".
Tras garantizar que el país cuenta con un marco de referencia robusto, que fue evaluado por Standard & Poor’s Global, el organismo precisa que los proyectos que recibirán los fondos recaudados en la primera emisión de bonos verdes son los siguientes:
- Construcción y expansión de infraestructura del Monorriel de Santiago, teleféricos en Santiago y Santo Domingo, y el metro de Santo Domingo, como sistemas de transporte sin emisiones directas;
- Incentivos fiscales para el desarrollo e implementación de proyectos de generación de energía renovable, particularmente, energía solar fotovoltaica, eólica e hidroeléctrica;
- Construcción y mejora de sistemas de saneamiento, drenaje y riesgo, así como alcantarillado sanitario;
- Conservación de áreas marinas protegidas en línea con las disposiciones del “Programa República Dominicana 30x30.
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Mercado en crecimiento
Aunque pareciera que República Dominicana llega tarde con este tipo de emisiones tomando en cuenta que naciones como Chile se han adelantado en el camino, no es así. Brasil, la economía más grande de la región, colocó sus primeros bonos sostenibles en noviembre de 2023 y recaudó 2.000 millones de dólares. A mediados de este año, el gigante del Sur, salió nuevamente al mercado con una segunda emisión de bonos verdes que le permitió obtener otros 2.000 millones de dólares.
Desde 2018, instituciones como la Bolsa de Valores de la República Dominicana (BVRD) han dado pasos para llevar a la isla por la ruta de la sostenibilidad con el lanzamiento de la Guía de Bonos Verdes. Dos años después, la Superintendencia del Mercado de Valores (SIMV) presentó los Lineamientos para la emisión de valores de oferta pública sostenibles, verdes y sociales, un documento que sirvió de fundamento al marco regulatorio que rige la emisión de este tipo de instrumentos y que estimuló la adopción de prácticas sostenibles por parte de emisores e inversionistas.
Estos avances, destacados por la BVRD en su sitio web, abrieron el camino para que, en 2021, se emitieran los primeros valores fiduciarios en el mercado local a través del Fideicomiso de Oferta Pública Larimar I de EGE Haina y para la colocación del primer Fondo de Inversión de Impacto Social, a cargo de SAFI Pioneer Investment Funds, un año después y a través del mercado nacional de valores.
Otro paso en el camino hacia la sostenibilidad lo dio en mayo de este año el Banco Popular Dominicano al convertirse en la primera institución financiera nacional en emitir un bono verde en la bolsa local.
A estas iniciativas se suma la conformación de una Comisión de Bonos Temáticos, conformada por representantes de varios ministerios para coordinar la adecuada implementación de emisiones como la que hizo el Ministerio de Hacienda en junio pasado.
Rol clave
En la primera emisión verde internacional de República Dominicana, operación que estuvo acompañada de la reapertura de un bono colocado en 2023, esta vez por 500 millones de dólares, al 7,050 % y con vencimiento en 2031; de la emisión de bonos en moneda local por el equivalente de 1.770 millones de dólares, al 10.750% y con vencimiento en 2036, así como de una recompra de 1.010 millones de dólares, en bonos que se encontraban en circulación con vencimiento en 2025, Pellerano Nadal intervino como asesor dominicano de Citigroup Global Markets Inc. y J.P. Morgan Securities LLC, que actuaron como compradores iniciales en la colocación y como dealer managers en la operación de gestión de pasivos que se realizó en paralelo.
¿Cómo lo vivió el despacho? A decir de Ricardo Pellerano Nadal, quien estuvo acompañado por Luis Rafael Pellerano, socio director del despacho; Marielle Garrigó, socia, y Eduardo Pellerano Nadal, asociado sénior, esta transacción representó un hito significativo, pero además reafirmó la capacidad de la firma para asesorar operaciones financieras complejas y de alto impacto.
"Pero, además refleja nuestra visión de apoyar iniciativas que promuevan el desarrollo sostenible y el financiamiento verde en el país”, expresa
El papel que desempeñó la firma, como asesor local, consistió en garantizar que la operación cumpliera con las normativas de República Dominicana, colaborando con los distintos actores involucrados para estructurar una emisión que reflejara tanto los intereses del país como de los inversionistas.
“Esta oportunidad nos permitió consolidar nuestra experiencia en el ámbito de las finanzas sostenibles, posicionando a nuestra firma como un referente en el mercado legal de la República Dominicana para este tipo de operaciones”, agrega.
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