María Inés Corrá, quien desde este 2024 es presidenta de la Asociación Latinoamericana de Arbitraje (Alarb), ha despegado una serie de iniciativas dirigidas para fortalecer un sistema, ya instaurado, de trabajar la relación con las instituciones (en particular los jueces) para reforzar la confianza en el sistema arbitral, así como que las naciones latinoamericanas sean “jurisdicciones amigables”, ya que muchos de los problemas que persisten en el arbitraje internacional siguen teniendo su origen en la falta de conocimiento o de confianza.
"América Latina se ha consolidado como una región relevante para la práctica. Por eso, otro objetivo que nos hemos planteado es estrechar vínculos con las organizaciones internacionales y con instituciones de otras regiones para darle más voz a la región en el concierto internacional".
Pero no solo esto, Corrá, junto con su equipo, es consciente de que el mundo del arbitraje también debe tomar en cuenta la irrupción de la inteligencia artificial en la práctica jurídica, por lo que su mandato contribuirá activamente en la adaptación del arbitraje al mundo de la IA, especialmente porque esta tecnología aportará cambios sustanciales “que pueden ser sistémicos”. He ahí el porqué es necesario para ella trabajar tanto puertas adentro como hacia afuera, porque este asunto exige, entre otras cuestiones, considerar que las condiciones de acceso a las nuevas tecnologías en las distintas jurisdicciones no son iguales.
Adicionalmente, tiene como meta adaptar el arbitraje a nuevas modalidades de negocio, como las pymes y los negocios digitales, seguir brindando aportes a partir de los comités de Energía y Recursos Naturales, creados por su gestión y que considera como sectores particularmente importantes para la región, y de Ética, que es para ella otro tema sensible para la práctica.
Descubra en esta entrevista qué más nos tiene que decir María Inés Corrá.
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LexLatin: Desde la constitución de la asociación, ¿cuáles considera que han sido los logros más importantes de Alarb en el desarrollo del arbitraje doméstico e internacional en la región?
María Inés Corrá.- La Asociación se constituyó en 2011 con los principales referentes del arbitraje internacional nacidos en la región, desde entonces ha trabajado con los principales centros e instituciones arbitrales internacionales -incluidas ICC, ICSID, PCA-, así como con centros arbitrales regionales e institutos como ICCA e ITA, entre otros, para promover las mejores prácticas del arbitraje internacional en los países de la región.
Alarb ha servido de canal de difusión del arbitraje internacional a través de conferencias, jornadas, webinars, diplomados y cursos dirigidos a contribuir con el desarrollo del arbitraje en la región bajo las mejores prácticas internacionales.
También algunas de sus iniciativas han recibido reconocimiento internacional. Entre esas tenemos: la creación del Observatorio Permanente de Seguimiento del Arbitraje en América Latina (que aprobó el Protocolo Alarb sobre Audiencias Virtuales); la Biblioteca de Arbitraje Alarb (primera de acceso libre que agrupa jurisprudencia y legislación de arbitraje de todos los países de América Latina); la Revista Alarb; la Encuesta sobre el Arbitraje en América Latina (realizado en ocasión de los 10 años de la Asociación); la creación del grupo Alarb Siguiente Generación (con representantes de todos los países latinoamericanos más EE. UU., Canadá, Europa y Reino Unido); el Anuario Alarb (para tratar temas de doctrina) y el Diccionario Arbitral Alarb de términos de uso frecuente en la práctica con sus equivalentes en inglés, español y portugués, que es el próximo aporte de la asociación para toda la comunidad internacional.
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¿En qué casos Alarb, de alguna manera, ha salido en defensa de la institución del arbitraje en América Latina?
Alarb es una asociación comprometida con el buen desenvolvimiento del sistema arbitral en la región y el respeto de sus fundamentos básicos. Es consciente de la importancia de resguardar la relación con las instituciones de cada jurisdicción y de la responsabilidad que significa ser portadores de una voz autorizada, por lo que nos pronunciamos cuando entendemos que nuestra opinión puede ser de utilidad para lograr prevenir situaciones que podrían afectar el desarrollo de la práctica en la región.
Pronunciamientos de este tipo están reservados a situaciones que lo justifican y se han producido a pedido de organismos o asociaciones locales dirigidos a explicar los principios y mejores prácticas del arbitraje internacional, en el marco o en relación con procesos judiciales de amparo o de revisión de decisiones arbitrales (como en Colombia y Venezuela), investigaciones de árbitros (como en el Perú) o en el marco de iniciativas de reformas legislativas controversiales (como en Brasil).
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En su opinión, ¿en cuáles jurisdicciones de la región se ha desarrollado e institucionalizado más el arbitraje?
Las jurisdicciones que se destacan son Brasil, Perú y México. Los tres países tienen buenas leyes de arbitraje, una práctica consolidada y un volumen notorio de arbitraje. Ninguna de ellas está exenta de problemáticas y embates que aparecen de tanto en tanto, pero la práctica se observa consolidada. Argentina y Uruguay adoptaron hace un par de años la Ley Modelo Uncitral, con pocas modificaciones, con lo que comenzaron un camino que confiamos será virtuoso. Chile también ha tenido un desarrollo positivo y lo mismo se puede decir de Panamá. El resto se va encaminado también.
Dicho eso, Latinoamérica se ve afectada por una suerte de pulsión de tipo cultural al comportamiento imprevisible que excede al arbitraje y debemos repensar seriamente, porque sin predictibilidad y certeza jurídica es difícil lograr un flujo sostenible de negocios a los cuales el arbitraje pretende servir de herramienta para facilitar su desarrollo.
¿Qué consejos le daría usted a los jóvenes abogados que están en el proceso de desarrollar su carrera profesional dentro del mundo del arbitraje?
El primer consejo para los jóvenes profesionales es formarse bien como abogados, con conocimientos sustantivos y no solo de arbitraje. En segundo lugar, hoy no hay un solo camino para incorporarse al arbitraje, pero algunos requisitos no escritos subsisten. Tener un excelente manejo del inglés y hacer un programa de práctica o posgrado internacional (bien elegido) si ello es posible y vincularse con profesionales reconocidos, que desarrollan la práctica internacional son requisitos para trascender las propias fronteras. Además, es importante intentar vincularse en asociaciones o institutos de arbitraje o sus grupos de jóvenes.
Las redes de networking se crean cada vez más temprano y en esta práctica pueden ser significativas. Por último, es importante tener paciencia y controlar la ansiedad. La práctica sigue siendo específica y no tiene el volumen que tienen otras prácticas. Por lo tanto, en el arbitraje, para evitar frustraciones tempranas, aconsejo reemplazar el everything now por el one step at a time.
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