El despacho peruano Miranda & Amado Abogados fue galardonado en la V Edición del Premio ABE, otorgado por la Asociación de Buenos Empleadores de la Cámara de Comercio Americana del Perú (AmCham) en la categoría “Mejor Programa de Desarrollo del Entorno”. La categoría mencionada premia a la empresa con el programa más completo y de alto impacto en la sociedad en general.
El mencionado premio es el reconocimiento más importante a la gestión de recursos humanos en Perú. “Esta cámara empezó a promover hace unos 15 o 20 años el reconocimiento a las buenas prácticas laborales”, explica el socio de Miranda & Amado Abogados, Jorge Toyama. En un país donde la informalidad es la norma -aproximadamente el 70 % de las actividades económicas en Perú son informales– solo 3 de cada 10 personas tienen seguridad social. Además, según Norberto Rossi (director de la Asociación de Buenos Empleadores, ABE), dentro del 30 % que es formal –es decir, que tiene registro oficial y paga impuestos-, no todas cumplen adecuadamente y respetan las normas laborales.
“Los asalariados y los autónomos no tienen seguro social salarial. El Premio ABE busca no solo que las empresas cumplan la ley, sino que pongan en marcha una parte cualitativa. Que respeten a sus trabajadores y que se vigile que subcontratistas y otros terceros también cumplan los estándares internacionales”, dice Toyama, quien fue secretario general del Tribunal de Justicia de la Comunidad Andina.
En el certamen participan empresas de todo tipo, tanto internacionales como nacionales, en diversos sectores.
— Ustedes han ganado en concreto por el caso denominado “Acercando el Derecho a las personas y sociedad”. ¿En qué consiste exactamente?
— Jessica Domínguez: Este premio es uno de los más completos, porque revisa cómo una empresa impacta en los distintos stakeholders que tiene, de qué manera contribuye a una sociedad más justa y dónde se materializan las prácticas laborales. Nosotros tenemos distintas iniciativas. Tenemos trabajo de responsabilidad social, donde los abogados hacen pro bono. Elegimos a las ONG que impactan en comunidades más vulnerables. También participamos en “Desafío pro bono”, donde estudiantes de Derecho buscan problemas sociales para encontrar una solución a esa problemática. El estudio sigue siendo uno de los líderes de este concurso. Por otro lado tenemos la Clínica Jurídica de Identidad, que trabaja con poblaciones vulnerables que tienen problemas con el registro y para que sean reconocidos con sus derechos civiles en el Perú.
Además de todo esto, se están dictando cursos en diversas universidades y tenemos un centro de documentación digital. En las universidades no hay acceso a este tipo de metodologías. El estudio las está llevando precisamente a las universidades, para capacitar a los estudiantes antes de salir a la firma.
También tenemos la app Smart Laboral, donde puedes encontrar leyes peruanas, asuntos laborales, un boletín diario, etcétera. Cualquier persona la puede descargar.
— ¿Cómo es la cultura de los recursos humanos en el Perú? ¿creen que otros bufetes y otras empresas invierten lo suficiente en que los departamentos de gestión humana tengan un rol de importancia en el modelo de negocio?
— Jorge Toyama: En las grandes empresas peruanas, en las multilatinas y en las multinacionales se están llevando a cabo muy buenas prácticas e incluso hay gerentes peruanos que están destacando a nivel regional. Sin embargo, la mayoría de peruanos trabajan para empresas pequeñas o medianas, o con emprendedores, donde la informalidad es muy alta. Sin presupuesto y solvencia no es muy viable hablar de desarrollo humano, incentivos y motivación.
Yo diría que desde esta década la gestión humana en los despachos legales ha comenzado a profesionalizarse. Hace 10 años lo más común era que los propios socios del estudio liderasen esa parte. Despachos como el nuestro tienen a una persona encargada de RRHH, inclusive aquí tenemos un equipo.
— Jessica Domínguez: Nosotros lo llevamos trabajando desde hace ya varios años. Tenemos un comité de gestión humana para buscar estrategias. A inicios de 2015 implantamos el programa de liderazgo y habilidades blandas para abogados. Trabajamos con una consultora que nos apoya con datos en América del Sur para armar el programa. Confiesan que no tienen referencias en el mercado para comparar. Buscamos que el abogado o abogada sea bastante completo, no solo técnicamente sino también en cómo hace las cosas.
— Ustedes han ganado la categoría “Desarrollo del entorno”. ¿Creen que cualquier empresa puede esforzarse en contribuir al desarrollo del entorno?
— Jorge Toyama: Yo creo que toda empresa desde su nicho profesional puede contribuir. Si ponemos el ejemplo de lo legal, en Perú el año pasado sufrimos los embates de la naturaleza, tuvimos mucho desastre natural con el fenómeno El niño. El estudio preparó un kit de emergencia legal para dar consejos en varios escenarios posibles. Se hizo un resumen en un lenguaje muy claro, sacamos un tríptico y se distribuyó en las zonas de emergencia. Creo que ese es un ejemplo de cómo desde tu trabajo puedes contribuir.
— Jessica Domínguez: Es cuestión de tener un foco. Una de las cosas más potentes de nuestra firma es que los propios socios se comprometen y promueven estas cosas. Sabemos que otras empresas están efectivamente trabajando en la misma línea, porque nosotros mismos hemos competido con tres empresas más en esta categoría. Es decir, había iniciativas desde otras industrias que no tenían nada que ver con las ciencias sociales. Definitivamente requiere mucho trabajo y una estrategia.
— En ese sentido, ¿qué características son necesarias para gestionar los recursos humanos de una firma legal? ¿Consideran imprescindible que la persona responsable tenga alguna formación en el sector legal?
— Jorge Toyama: En primer lugar yo creo que las firmas se tienen que profesionalizar, no solo en gestión humana, sino también por ejemplo en informática. Eso es ineludible.
Evidentemente, se tiene que conocer el sector. De hecho, lo voy a decir yo porque ella no lo dice, pero Jessica es abogada de formación. Para nuestra suerte, casi toda su práctica ha sido en gestión humana. Tenemos la suerte maravillosa de que Jessica estudiara Derecho. Además, su vida profesional se ha desarrollado en una empresa minera y en el sector hotelero de servicios. Nosotros hacemos finalmente servicios, un servicio tan delicado como puede ser presentar un plato de comida a un nivel muy exigente. Tenemos mucha suerte de que haya esa conexión. Creo que eso le ha permitido a Jessica adecuarse mejor. Además, los abogados somos raros, nos viene bien que conozca el sector, (risas).
— Jessica Domínguez: Sí, creo que es indispensable que quien lidere el área conozca y tenga cierto expertise en el tema de RRHH. Si yo solo fuera abogada, creo que hoy no podría brindar un apoyo más estratégico al estudio, saber lo que necesita como negocio y tener en cuenta que ofrecen el conocimiento del abogado. Desde esa premisa hay que saber qué es lo que necesitas, para que las expectativas del cliente se cumplan.
Definitivamente ser abogada me ha permitido entender cómo piensa el abogado y cómo es este tipo de trabajador, porque es distinto. La abogacía te prepara para cuestionar y para argumentar.
— Por último, ¿cuál es su estrategia para generar sinergias entre la gestión de los recursos humanos y los servicios que ofrecen como bufete? ¿Cómo se refleja todo esto en el trabajo que hacen para sus clientes?
— Jessica Domínguez: Como decía, el servicio que ofrecemos finalmente es conocimiento, la resolución de los casos. El abogado es el que presta el servicio, pero también quien lo ejecuta. Por eso el estudio se ha enfocado en formar desde una perspectiva más completa. No solo en materia, sino también en cómo tratar al cliente. Queremos que busquen soluciones diferentes, que sean innovadores, creativos, que tengan buenas formas y que cumplan con los valores. Ahí es donde entra la estrategia, dar herramientas al abogado que no trae eso de la formación académica. En una carrera de hotelería te forman en atención al cliente, pero en la facultad de Derecho no.
Hacemos actividades también. Tenemos un plan anual de cómo hacer sentir bien al personal. Eso es mucho más productivo y hace al equipo más creativo. La estrategia es trabajar en un ambiente saludable.
— Jorge Toyama: Los chicos están fascinados con nuestra profesionalización, por el hecho de tener acceso a cursos de gestión del tiempo, de manejo del estrés o de inteligencia emocional. También de manejo de su marca personal: cómo vestirse, cómo manejarse en un cóctel... Los comentarios que recibo son todos positivos y me preguntan por qué no lo hicimos antes. La idea de talento ya no es lo sustantivo. Las habilidades blandas son lo más relevante al final. Si capacitas a la gente, el aprendizaje es mucho mejor.
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