En 2011, hace poco más de una década, Héctor García Corredor ingresó a la oficina legal de Bayer —la farmacéutica que trajo al mundo la aspirina—. En aquellos años, la industria se sometía al más profundo escrutinio de su historia.
“Hace unos diez años, en la industria farmacéutica, se comenzaron a ver las consecuencias de conductas non compliant, que hicieron sonar las alarmas y decir: a ver, hay que ser súper claros y transparentes, que eso se traduce en sanciones económicas muy elevadas”, recuerda García, que hoy en día es el líder legal y de cumplimiento para Latinoamérica y Canadá de la alemana Bayer.
Los asuntos compliance están a la orden del día, a nivel mundial. De acuerdo con Héctor García todas esas alarmas, es decir, la revelación de casos a la luz pública, han contribuido a que la autorregulación del sector farmacéutico tenga estándares mucho más estrictos que las leyes vigentes.
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Las farmacéuticas, refiere, vivieron de forma particular la autorregulación.
“No es lo mismo estar en el negocio farmacéutico, en el que estás hablando de medicamentos, pacientes, médicos, en fin, de la salud de la gente que cualquier otro negocio que quizás no necesariamente debe ser tan regulado. Creo que eso que vivió el sector farma con sanciones, escándalos de corrupción, de ciertas cosas que en algún momento no estaban reguladas, obligó también a las empresas a autorregularse. Hoy el código de ética de la industria es mucho más estricto que las legislaciones de cualquier parte del mundo. Ese fue el empuje, la necesidad de darle un mayor peso al compliance”.
Héctor García explica que, en el caso de Bayer, el compromiso por reforzar las políticas de la organización en la última década ha sido una decisión de la alta gerencia.
¿Cuál es, ahora mismo, tu mayor desafío en Bayer?
Héctor García: Va más allá de la complejidad y de lo delicado que puede ser un caso. El año pasado, por ejemplo, llevamos doscientas investigaciones de compliance en toda la región y Canadá. Aunque tuvimos casos muy complejos, en este momento el reto más grande es acompañar a la gente a cambiar el mindset de los servicios tradicionales que veníamos prestando en temas de compliance, consolidar esa nueva forma de operar.
En 2019, Bayer tomó la decisión de cambiar el modo de dar soporte en temas de data privacy e investigaciones de compliance y creó tres hubs ubicados en Polonia (para atender a Europa), Manila (Asia Pacífico) y Costa Rica y Brasil (Latinoamérica y Canadá) para dar esta atención. Yo sigo basado en Colombia, pero desde el 2019 estoy encargado de este hub de compliance y Data Privacy e Investigaciones de Compliance para Latinoamérica y Canadá.
Es algo súper innovador dentro de Bayer porque, en paralelo, se desarrolló, junto con un proveedor externo en Alemania, una plataforma digital que nosotros la llamamos LPC, por las siglas del departamento dentro de Bayer ‘Law Patents and Compliance’. Con esta plataforma interactuamos con todos los usuarios. Esto funciona así: si alguien tuviera una consulta de compliance, va a esta plataforma digital y eleva la consulta. Si quiere checar, por ejemplo, el fair market value que le puedes pagar a un profesional de la salud para contratarlo hay un procedimiento automático en la plataforma que te arroja esos valores.
Si hay alguna duda adicional, una validación manual que hay que hacer, lo hacemos nosotros en mi equipo. Pero vino ese cambio junto con una digitalización extensiva.
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¿Cuáles son las recomendaciones que, con frecuencia, haces para otros general counsels o in-house?
He tenido la posibilidad de hacer un poquito de benchmarking con otras empresas y no he visto, a nivel regional ni tampoco a nivel global, empresas a la vanguardia. Probablemente las hay incluso mucho más avanzadas, pero sobre empresas del sector farma o similares a Bayer, no están tan avanzados en estos temas.
En Colombia participo en la mesa de compliance de la Cámara colombo-alemana, por ejemplo. Ahí el año pasado cuando nos poníamos de acuerdo con qué temas nos gustaría discutir, yo propuse que habláramos de digitalización. Pude compartir en ese momento con todos mis colegas de otras empresas lo que estábamos haciendo. Esto no es un proyecto secreto. Obviamente no vamos a obsequiar lo que lo que hemos hecho, pero lo podemos compartir perfectamente y a nivel global. Con esto yo creo que se puede buscar fuente o inspiración para hacer cosas interesantes, ver que están haciendo otras empresas y copiar con orgullo lo que puedan copiar.
Pero también creo que se puede construir de cero con una especialización de interés. Creo que puede ser de ambas formas: buscar fuentes o inspiración o hacer cosas distintas dentro del sector.
¿Hay algo que actualmente te está sorprendiendo y en lo que quieres especializarte?
Ahora que tenemos nuestra plataforma digital, tenemos acceso a cualquier cantidad de datos y creo que apenas he explorado el 1 %. Este año apuntaría, para complementar mi profesión, al tema de legaltech, quizá al análisis de data o algo sobre el área legal y de compliance, creo que por ahí van las cosas.
Estoy leyendo un libro de una colega que trabaja conmigo en Bayer que mezcló su experiencia en compliance con el coaching, ella se refiere a este sentimiento que hace falta o la emoción que le hace falta al derecho y al compliance. Creo que no hay que abandonar completamente esa parte de relación y de contacto. El compliance a veces toca temas muy delicados que son imposibles de sustituir con una máquina, con una plataforma, por lo menos hoy en día.
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¿Cuál ha sido tu mayor victoria en este camino?
Afortunadamente tengo 11 años en Bayer y ha habido muchas alegrías, situaciones positivas, pero obviamente también del otro lado.
Te puedo decir dos en este momento: ser pionero, a nivel de Latinoamérica, en el lanzamiento de esta plataforma de servicios en Bayer ha sido muy satisfactorio, principalmente por la calidad de profesionales que tenemos en la región. Mi equipo está en Costa Rica y en Brasil, pero tengo gente de Costa Rica y Colombia también y es un equipo de high performance.
La segunda situación es que empecé como agente legal y compliance en Venezuela, yo soy de Venezuela, entonces no había departamento legal y de compliance en Bayer. En ese momento yo tuve la oportunidad de formarlo y de defender a la compañía y también de mantener a la compañía de manera ética, apoyándola para que siguiera haciendo sus negocios. En ese momento Venezuela era muy difícil por el tema de la corrupción y muchas cosas estaban en riesgo. Pero, creo, logramos, tanto negocio como nosotros en la parte legal, llegar a lo más que pudimos de manera limpia eso fue un éxito no solamente mío, sino de mi equipo y de toda la organización en Venezuela. De mantenernos de pie y haciendo negocios de manera ética en un ambiente y en una situación bastante compleja.
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