Florencia Heredia: cómo construir una minería moderna y acorde con los tiempos

"La mujer suele aportar una visión más holística de la realidad y del universo de temas que impactan en una empresa" / Pixabay
"La mujer suele aportar una visión más holística de la realidad y del universo de temas que impactan en una empresa" / Pixabay
"Hoy es absolutamente usual encontrar mujeres trabajando en el sector minero en las más variadas posiciones y cargos, incluso a cargo de maquinaria pesada y sofisticada en las minas"
Fecha de publicación: 06/06/2019

Los cánones han cambiado y los avances tecnológicos contribuyen a desarrollar las industrias desde una mayor igualdad. Incluso en sectores "pesados", como el de la minería. Según Florencia Heredia, socia de Allende & Brea, la fuerza física ya no es lo relevante para trabajar en un proyecto minero.

Nuestro encuentro con esta abogada argentina, experta en el sector de las industrias extractivas, surge de su enfoque para “encarar más los temas de diversidad en relación con las industrias en particular y no solo con las firmas de abogados”.

—¿Por qué sintió la necesidad de involucrarse como experta de esta industria y no solo como abogada?

Florencia Heredia / Cortesía
Florencia Heredia / Cortesía

—Hace ya muchos años que me desempeño como abogada especializada en el sector de recursos naturales e industrias extractivas y en particular en la industria minera.

Desde 1992 y coincidiendo con los inicios de la minería a gran escala en Argentina, asesoro a empresas e inversores en el sector. Eso me da, sin duda, una experiencia y perspectiva respecto de la evolución del sector y de la interacción muy profunda con el mismo. Como muchas cosas que nos pasan en la vida, una se encuentra en el lugar y tiempo adecuado, en determinadas circunstancias, y elige aprovecharlas y seguir un camino u otro.

Tuve la suerte de recibirme como abogada en el momento del inicio de las inversiones mineras (principios de los 90) y aproveché las circunstancias. Esto se transformó en una verdadera pasión por el trabajo en esta industria. Cuando una se compromete con algo, tiene que abrazarlo en toda su dimensión. Es por eso que el tema de diversidad no puede pasarme inadvertido respecto del sector minero.

—Antes de comenzar esta entrevista nos mencionó que se han dado algunos avances, especialmente en relación con el rol de las mujeres en los directorios y en posiciones sénior. ¿Cuáles han sido esos avances concretos y qué ha provocado esa transición?

La industria minera es una industria pesada en todos los sentidos que pueda interpretarse, tradicionalmente asociada a lo masculino, a la fuerza física. Esos cánones han ido cambiando sustancialmente con la irrupción de la tecnología y los avances científicos, que permiten que hoy la fuerza física no sea lo relevante para trabajar en un proyecto minero.

Eso, sin duda, ha abierto el camino y hoy es usual encontrar mujeres trabajando en el sector minero en las más variadas posiciones y cargos, incluso a cargo de maquinaria pesada y sofisticada en las minas.

Sin embargo, esa presencia es aún baja y no precisamente significativa cuando miramos los cuadros gerenciales y/o directorios de las empresas mineras. La industria sigue siendo predominantemente masculina a nivel de conducción y en posiciones claves de toma de decisiones.

Desde hace ya varios años ciertos sectores de la industria comenzaron a preocuparse por tratar de cambiar esta realidad. Women in Mining Canada realizó un estudio sobre la presencia femenina en directorios. Fue hace ya algunos años y ese fue el puntapié inicial de un cambio.

En primer lugar, a través de la toma de conciencia sobre la situación y luego de la sugerencia de otras líneas de trabajo, creando programas para incentivar y promocionar el acceso de las mujeres a los cargos en directorios. Hoy los inversores y especialmente las instituciones exigen que las compañías públicas cuenten con directoras en estos órganos colegiados. Falta bastante por mejorar, pero no hay duda de que el tema se está abordando.

Paridad en la industria: un Win-Win

Florencia Heredia habla de los numerosos estudios e iniciativas que evidencian que “existe una clara correlación entre la inclusión de diversidad de género y el rendimiento de las empresas”, como el programa regional para Latinoamérica Win-Win: Gender equality means Good Business. Dice que se llega a plantear el contratar mujeres, no necesariamente obedeciendo al “imperativo moral”, sino también por una razón de conveniencia económica.

—Conforme a su experiencia, ¿qué puede decir acerca de lo anterior?

—No tengo dudas acerca de la importancia y conveniencia económica de sumar e integrar a las mujeres en los cuadros gerenciales de las compañías y/o en cualquier cargo que quieran desempeñar. La mujer suele aportar una visión más holística de la realidad y del universo de temas que impactan en una empresa. En especial en los proyectos mineros, ya que estos pueden ser verdaderamente un factor crucial en el desarrollo regional.

Eso puede redundar en un mejor rendimiento de los equipos de trabajo, por ende productividad y consecuentemente mayores ganancias. Por supuesto, hay hombres que también aportan esta visión integradora y más omnicomprensiva de la realidad. El verdadero desafío gerencial es armar equipos mixtos y variados, en el que los méritos de cada uno sean la principal credencial y permitan consecuentemente la riqueza en la diversidad de opiniones y enfoques.

Más allá de estas consideraciones personales y a nivel micro, el estudio apunta a demostrar la incidencia que el aumento de la fuerza laboral inclusiva de las mujeres puede significar para la economía.

—¿Se ha avanzado en Argentina y Latinoamérica desde el sector privado en la inclusión de políticas que promuevan la atracción y retención de talento femenino? Como abogada experta en el sector de las industrias extractivas, ¿qué deben hacer las empresas para cumplir esas metas?

—Si bien falta mucho por hacer para que opere un verdadero cambio cultural que permita garantizar la igualdad en el acceso a las oportunidades, no tengo dudas de que se ha avanzado y que estamos en el camino correcto.

Es necesario primero tomar conciencia y luego actuar en consecuencia, generando las condiciones necesarias para un cambio. También hay que entender que, en el sector minero, las empresas júnior no son iguales que las major. Si bien la estructura de recursos económicos y financieros no es la misma, esto no es excusa para no comenzar a trabajar en el tema.

Siempre me pregunto por qué hay tan pocos hombres trabajando en los temas de responsabilidad social empresarial o sustentabilidad. Existe un sesgo inconsciente de que ese trabajo o temática tiene que ver más con lo femenino, con el cuidado hacia el otro. Por otro lado, no siempre la remuneración de estas gerencias es comparable a la de otras más tradicionalmente técnicas. Estos son los temas que deben cambiar.

En línea con todo lo expuesto, la PDAC (Prospectors & Developers Association of Canada) —entidad canadiense que nuclea a gran parte del sector minero mundial— promueve especialmente la inclusión de las mujeres en la minería. Lo hace desde una perspectiva más amplia de diversidad, incluyendo y apuntando también a la relación con las comunidades, tratando de que las empresas garanticen un relacionamiento inclusivo con las comunidades impactadas por los proyectos mineros. Ese relacionamiento debe garantizar un enfoque que permita que todas las voces de una comunidad sean tomadas en cuenta.

En el terreno

Si pensamos en el trabajo hecho en el terreno, las cifras de algunos estudios arrojan conclusiones interesantes. El estudio Women in Mining. Can a mining law unlock the potential of women? dice:

“Aunque las cifras exactas son difíciles de obtener, las estimaciones sugieren que las mujeres ocupan aproximadamente el 10 % de los empleos en el sector minero a gran escala y son aún menos las que trabajan directamente en las minas. Los empleos formales tienden a dirigirse a los hombres debido a niveles más bajos de educación femenina y por razones y estereotipos socioculturales (…). Con los hombres asumiendo la mayoría de los empleos formales en el sector minero, su capacidad de ingresos aumenta significativamente, provocando que las mujeres dependan de manera desproporcionada de sus parejas y parientes masculinos. (…) Las mujeres emprendedoras pueden enfrentar restricciones a través de normas sociales que limitan su participación igualitaria en la sociedad, su acceso a recursos productivos y derechos de propiedad”.

—¿Forman este tipo de análisis parte de los foros donde se reúnen juntas directivas y mujeres en posiciones sénior de la industria? ¿Existe una visión global que permita entender los desafíos que se producen en cadena para las mujeres que trabajan en minería?

—Los datos y conclusiones que arrojan estos estudios son clave para entender el problema y comenzar a transitar una solución. El problema de la informalidad en el trabajo minero y cómo ello aplica a las mujeres es parte de un problema mayor.

No afecta solo al sector minero y eso en América Latina se ve con claridad, en algunos países más que en otros. Esta problemática es materia de análisis en la actualidad, tratando de ver cómo el avance de la tecnología y la automatización de los proyectos van a afectar al sector laboral y, en particular, a las mujeres.

—Este estudio, además, se enfoca en lo que la legislación puede hacer para incluir a más mujeres en la industria minera. Identifica áreas que culturalmente se pasan, quizás,  todavía por alto, como por ejemplo el lenguaje inclusivo.

Ejemplo:

La Mines and Mineral Act (2009) de Sierra Leona enumera solo una instancia donde se considera específicamente la participación de la mujer en la minería. (…) En cambio, utiliza de forma dominante las referencias masculinas (hasta 169) (…).

Según el estudio, esto demuestra una falta de atención, de conciencia y de la priorización del papel de la mujer en la minería en el momento en que la ley fue redactada y promulgada. Concluye que una revisión de la legislación y la introducción de disposiciones explícitas para las mujeres que trabajan en el sector supondrían una mejora potencial para el marco de gobernanza existente.

¿Cree que esto debería aplicarse para la legislación en los países de América Latina?

—Si bien creo que la ley tiene una función ejemplar y por ende prescriptiva de las conductas que rige, tiene que haber además un cambio cultural y un enfoque de la sociedad distinto, que se construye con políticas específicas y tiempo. Las leyes deben ser revisadas con cierta periodicidad para reflejar también los cambios en la sociedad. Creo que hoy se deben modificar los lenguajes o textos discriminatorios y que no contribuyan a la igualdad de derechos en cuanto a género.

Una legislación que recepte la igualdad de género y el acceso a igualdad de oportunidades contribuye, sin duda, a mejorar la gobernanza del sector.

—Usted dice que trabajar en las industrias extractivas conlleva en gran medida la interacción con el sector político en todos sus niveles. Comenta que existe una noción de que ciertas habilidades de desenvolvimiento político son más propias de los hombres que de las mujeres. ¿Cree que esto es un factor de exclusión o de disuasión en la participación de mujeres?

—No hay proyecto minero que pueda desarrollarse hoy sin la voluntad política de la provincia o región en la que opere. La “licencia social” conlleva actuar con los distintos actores del entorno y el sector político forma parte de esos actores.

No creo que el componente político sea, como tal, un factor disuasivo, pero sí creo que a veces la idiosincrasia y/o factor sociológico del entorno puede constituir un desafío más difícil para las mujeres.

Hace poco escuché a un profesor de ingeniería explicar a sus alumnos que, para ser exitoso en cualquier profesión, se necesita talento, trabajo, disciplina, algo de suerte y, fundamentalmente, la capacidad para relacionarse con los otros. Creo que en esta capacidad para relacionarse está la clave del éxito. Las mujeres tenemos que desarrollar esa capacidad para relacionarnos en todos los ámbitos que nuestra profesión requiera.

—Finalmente, ¿qué cambios sustanciales deberían esperarse en la industria con la inclusión de todas las diversidades? ¿Cómo definiría el sistema de valores añadido que lleva implícito una mayor inclusión en el sector empresarial?

—Creo que una industria minera que abrace verdaderamente la diversidad en todos sus sentidos, no solo en el género, podrá crear una minería moderna y acorde con los tiempos. Una que sea un verdadero factor de desarrollo local y regional desde el inicio de un proyecto y hasta su cierre, en pos de la sustentabilidad de las comunidades involucradas.

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