Ecuador protagonizó el canje de deuda por conservación más importante de la historia. El acuerdo le permitirá destinar 450 millones de dólares para proteger la flora y la fauna de las Islas Galápagos y marcó un precedente mundial.
“Nuestra moneda es la biodiversidad”, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador, Gustavo Manrique Miranda, al anunciar el intercambio de cerca de USD 1.630 millones de deuda por un nuevo préstamo de USD 656 millones para preservar la biodiversidad del país. Esta compra de deuda, con financiamiento a menor costo, se traduce en un ahorro total de más USD 1.126 millones.
La operación fue respaldada por un seguro del Development Finance Corporation y una garantía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En esta operación, en la que participaron siete firmas, BUSTAMANTE FABARA fue el único despacho de Ecuador, ejerciendo el rol de representar a Credit Suisse, el estructurador del deal.
“Credit Suisse aportó la estructuración y el asesoramiento técnico para la implementación financiera: colocó los bonos emitidos por el SPV para tal efecto, el denominado GPS Blue Financing Designated Activity, cuyo valor recaudado le financió un préstamo a la República del Ecuador para la recompra de los bonos soberanos del país”, detalló Diego Ramírez Mesec, socio de BUSTAMANTE FABARA.
Los recursos se destinarán a crear el Galápagos Life Fund (GLF), que financiará actividades de conservación en la Reserva Marina de Galápagos y en la Reserva Marina Hermandad, durante los próximos 18 años y medio.
“Este tipo de operación permite a los países mejorar su gestión de la deuda, al tiempo que impulsa la inversión en sostenibilidad ambiental y biodiversidad”, señaló el BID.
Te puede interesar: Inversión sostenible; Las oportunidades de financiamiento en Chile, Argentina y Colombia
Los aspectos legales de la transacción
La articulación entre el gobierno de Ecuador, el Banco Interamericano de Desarrollo, el banco Credit Suisse, la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos (DFC), Ocean Finance Company y Pew Bertarelli Ocean Legacy fue clave. De hecho, el Foro Económico Mundial ha calificado esta operación como un modelo innovador.
“En verdad es un acuerdo innovador porque combina un préstamo fondeado con los recursos obtenidos de la emisión de bonos, por un lado; con una operación de manejo de pasivos, es decir, la recompra de bonos soberanos con un descuento importante en el mercado secundario, por otro. A su vez, contempla un componente ESG, ya que destina montos muy importantes a la preservación del capital natural de Galápagos y sus reservas marinas, con un endowment destinado a generar recursos a perpetuidad”, precisó Ramírez Mesec, quien es especialista en relaciones internacionales, finanzas y comercio.
Dado que el compromiso de conservación es a perpetuidad, los actores debieron garantizar la transparencia y sostenibilidad del acuerdo.
“La gestión del fondo es relevante. Desde una etapa inicial, Galapagos Life Fund ha dejado en claro que lo principal era que fluyeran los recursos para los proyectos de preservación del capital natural, lo que requería la adopción de políticas y mecanismos que perduren y fomenten la colaboración entre los diversos stakeholders nacionales e internacionales, públicos y privados. Como el compromiso es de largo aliento, requirió sentar bases sólidas para su funcionamiento”, puntualizó el socio de BUSTAMANTE FABARA.
Quizá quieras leer: Filial de Ponterra celebra acuerdo de transmisión de créditos de carbono con inversionistas
Ecuador como puntero en la protección medioambiental
Ecuador marcó un hito al reconocer y garantizar dos derechos constitucionales para la naturaleza: el respeto integral a su existencia y la restauración. En este sentido, el acuerdo concitó interés universal.
Comenta que es claro que -tanto a nivel público como privado- Ecuador tiene una clara conciencia ambiental y un afán innovador que ha fomentado la emisión de bonos azules (conservación marina o acuática), bonos verdes (conservación en general), bonos violetas (apoyo a mujeres) y bonos sociales, entre otros.
"Esta operación histórica, trascendental y esperanzadora se convirtió en inspiración para otras administraciones, dentro y fuera del Ecuador, ya que se trató de una operación impecable en todos los sentidos y donde todos ganaron: el país, con un ahorro significativo en su deuda externa, y la conservación ambiental”, enfatizó Ramírez Mesec.
Aprendizajes y desafíos
Solo en 2020, el 81% del financiamiento climático de fuentes públicas internacionales en América Latina y el Caribe ha sido posible gracias a préstamos.
“Los beneficios financieros de esta transacción en particular son superlativos, sobre todo porque puede asegurar la sustentabilidad de los esfuerzos de preservación de un ecosistema único”, declaró el especialista.
Sin embargo, llegar al acuerdo ha sido desafiante dado que —según el socio de BUSTAMANTE FABARA— tuvo varias particularidades:
- El elevado número de participantes.
- Los aspectos a negociar en un proceso extendido, durante el cual el Gobierno del Ecuador enfrentó una serie de vicisitudes políticas.
- El estructurador de las turbulencias del mercado, como la absorción de Credit Suisse por UBS, que se concretó durante el proceso.
“La negociación fue compleja. Más allá de las sensibilidades particulares legales, financieras y ambientales, se consideró la gobernanza de la entidad creada para canalizar los fondos de cooperación para la conservación”.
La coyuntura ha sido particular, pues Ramírez Mesec apunta que el elevado riesgo país del Ecuador implica una búsqueda continua de mecanismos para mitigar, ya sea legalmente o mediante estructuras financieras. No obstante, existe una dinámica de innovación constante en la práctica financiera global.
"La principal limitante para una mayor actividad en Ecuador es el tamaño de la economía local, pero existe apetito por alternativas de financiamiento y por combinar herramientas financieras con objetivos ESG".
Agrega que la determinación para lograr un mecanismo que asegurara la disponibilidad permanente de recursos suficientes para financiar la protección de Galápagos, pese a las constantes limitaciones del presupuesto del Estado, fueron factores determinantes para perseverar en las negociaciones, incluso en medio de vaivenes políticos internos y cierta turbulencia en los mercados.
Add new comment