El ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, anunció que dará luz verde a una de las promesas de campaña electoral de Javier Milei: eliminar la figura del femicidio.
“El feminismo radical es una distorsión del concepto de igualdad”, aseguró el presidente argentino, Javier Milei, en el Foro Económico de Davos. En su discurso, el mandatario se expresó en contra del wokismo y cargó contra la figura del femicidio: “Llegamos al punto de normalizar que en muchos países, supuestamente civilizados, si uno mata a una mujer se llama ‘femicidio’ y eso conlleva una pena más grave que si uno mata un hombre por el sexo de la víctima, legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”.
Mariano Cúneo Libarona
La amenaza es clara: el Gobierno busca eliminar la figura legal de femicidio, los cupos laborales para minorías sexuales, la paridad de género en listas electorales y los documentos de identidad no binarios.
“Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra”, anunció el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, en su perfil oficial en la red social X.
Vamos a eliminar la figura del femicidio del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra.
En Argentina, una mujer es asesinada por razones de género cada 33 horas. Según datos del Observatorio de las Violencias de Género Ahora que sí nos ven, durante el 2024 se registraron267 femicidios.
Milei se equivocó: el femicidio no contempla a cualquier homicidio cuya víctima es una mujer, sino que considera aquellos casos en los que las mujeres son asesinadas por razones de género.
En el país, la figura del femicidio se incorporó al Código Penal a través de la Ley 26.791, en diciembre de 2012. La norma, que amplió la figura del homicidio calificado por el vínculo y reformó el artículo 80 del Código, reconoce como femicidio a 'la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal; en la comunidad, por parte de cualquier persona o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión'.
Mónica Macha, presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación y diputada nacional de Unión por la Patria (UxP), dialogó con LexLatin sobre el impacto del discurso de Milei y el desmantelamiento de los programas de género.
Discurso y política pública, ¿del dicho al hecho hay mucho trecho?
“Me parece que el discurso de Javier Milei en Davos tiene muchas implicancias en lo que después pasa en términos de política pública. En principio, las políticas públicas con perspectiva de género que tuvimos hasta diciembre del 2024 ya fueron desmanteladas, desarmadas y desarticuladas. Y esto tiene, por supuesto, consecuencias concretas en el acceso a derechos de las mujeres y diversidades, que cada vez es más acotado”, señala la funcionaria argentina.
Macha se refiere al plan sistemático de desfinanciamiento de programas de género impulsado por el gobierno de Milei. De hecho, es vox populi que Santiago Caputo, asesor presidencial, y la Secretaría de Planeamiento Estratégico están trabajando en un proyecto para dejar sin efecto leyes clave en la conquista de derechos. A saber: leyes de identidad de género; de promoción del acceso al empleo formal para personas travestis, transexuales y transgénero; de paridad electoral en ámbitos de representación política; documento nacional de identidad no binario; y la Ley Micaela, que establece la capacitación obligatoria en cuestiones de género para empleados públicos, entre otras.
Mónica Macha
“En términos de lo que significa la política pública a nivel nacional, ya no hay programas integrales. Y esta quita de acompañamiento, de cuidado y de asistencia muy concreta en los hechos de violencia por motivos de género incide también en la construcción social y cultural que veníamos haciendo desde el feminismo y el transfeminismo, articulado con política pública. Hoy solo queda, tal vez, esa instancia en relación con las organizaciones y el activismo de las distintas colectivas feministas”, advierte Macha.
Acceso a la justicia y legitimación de la violencia contra las mujeres
Derogar la tipificación del femicidio, tal como propone Milei, tiene un doble mensaje. Por un lado, desconoce que los femicidios son una manifestación extrema de un problema estructural mayor: la violencia de género. Por otro lado, quitar la figura penal -y su consecuente agravante- tiene un efecto simbólico: relativiza la gravedad de los femicidios y promueve, tácitamente, que esa violencia no es diferente a otras violencias.
Ahora bien, más allá de afectar el acceso a la justicia de víctimas y familiares, eliminar la figura del femicidio del Código Penal podría legitimar, desde el Estado, la violencia contra las mujeres.
“La propuesta de quitar la figura del femicidio del Código Penal me parece gravísima. ¿Esto qué quiere decir? Que frente a un femicidio, la familia de una mujer asesinada por ser mujer no va a encontrar justicia, porque no se va a tener en cuenta ese agravante —que para mí es un agravante fundamental en el contexto de los femicidios, donde la gran mayoría de los femicidas son parejas o exparejas y está claro que son asesinadas por el hecho de ser mujeres—. Entonces, quitar el agravante no solo es una negación y una vía libre a la violencia, sino también es un espaldarazo al varón violento, es acompañar a que esa violencia se pueda ejercer sin temor a las consecuencias”, opina la presidenta de la Comisión de Mujeres y Diversidad de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina.
¿Es tan simple para Milei hacer borrón y cuenta nueva? En principio, no. Todas las leyes que busca derogar su gobierno requieren una reforma y esta deberá contar con apoyo mayoritario de otros espacios políticos para ser aprobada por las dos cámaras del Congreso. Lo único que tendrá fácil el presidente argentino es dar marcha atrás a los documentos nacionales de identidad no binarios, puesto que, en su momento, se aprobaron por decreto y pueden ser derogados por la misma vía.
“La agenda feminista, y esto vinculado con el espacio legislativo, sigue activa. Nosotras seguimos produciendo proyectos de ley que permitan acompañar a las mujeres en las diversidades. La diferencia es que tratar estas iniciativas en el recinto es muchísimo más difícil”, comparte la diputada.
El avance de la derecha en las políticas de género
“Me parece que el mayor riesgo del avance de las políticas de derecha en América Latina es volver a construir y a fortalecer una sociedad totalmente desigual, ya no solamente en términos de desigualdad social también, sino también de desigualdad de géneros”, refiere Mónica Macha.
Para la funcionaria, las propuestas de derecha buscan promover la supremacía del género masculino cis en detrimento de otras identidades de géneros —mujeres cis e identidades de género de la comunidad LGTBIQ—.
“Todo esto implica una sociedad más desigual, una sociedad donde las personas no puedan vivir en libertad sus elecciones, sus deseos, que sientan que ya no pueden ir por la calle como antes, de la mano con su compañera o su compañero o su compañere, y que sientan miradas despectivas o indignantes en los lugares públicos. Está claro que el planteo de la igualdad de los géneros es un desafío y estábamos en una construcción que no estaba totalmente lograda, y quizá nunca va a estar totalmente lograda. Sin embargo, había una cuestión no solamente legislativa, sino de políticas, que iba empujando a una discusión social y cultural sobre las distintas identidades y la convivencia en sociedad de todas esas identidades. Hoy, con Milei, con Trump, con esta derecha que avanza y que quiere avanzar en América Latina, todas esas instancias están en alerta y en peligro. Por eso es tan importante que los activismos nos articulemos y planteemos límites a los discursos y a las acciones que propone Milei. Ya no es lo que Milei plantea, ya no es una batalla cultural, se trata de una persecución y un ejercicio de la violencia contra las distintas identidades de géneros”, concluye Macha.
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