La metamorfosis de la innovación tecnológica del sector tiene su punto de partida en iniciativas como la incubadora de la Alianza Latinoamericana de Innovación legal (ALIL). Su programa Legaltech ALIL 2021 ha concluido con el anuncio de las ideas ganadoras y la primera mención la ganó un proyecto que ha logrado su maduración como semilla. Este ve en el 2022 y 2023 su primavera como startup. Se trata de Kallpa bot, un chatbot que ofrece asesoramiento legal a microemprendedores peruanos. Su nombre traducido del quechua significa ‘fuerza’.
Su creador, Miguel Kancha, un estudiante de derecho de la Universidad Andina del Cusco, encontró en la pandemia una oportunidad para concebir una idea que atienda un aspecto crítico de una fuerza laboral importante: la desinformación en el ámbito legal entre los microemprendedores.
“Kallpa brinda información a través de guías de cumplimiento para mypes, orienta a soluciones y presta servicios jurídicos para evitar riesgos”, describe Kancha en un impecable pitch.
Pero quizás el aspecto más novedoso de su propuesta es apuntar a un flanco débil del sector: la comunicación. "El conocimiento en lo legal es un capital sólido, falta saber cómo comunicarlo, ofrecerlo y presentarlo", apunta atinadamente Miguel Kancha. Su apuesta tiene que ver con el valor de las mentes nuevas y frescas que aún no han sido “empapadas por la industria”, como reflexiona Stefany Santana, quién junto a Marysol Morán, cofundó ALIL.
El lanzamiento y promoción del programa, aplicado en fase beta, paradójicamente también enfrentó desafíos en el ámbito comunicacional. Las candidaturas surgieron luego de un intenso ejercicio de awareness. Con una edad mediana de 22 a 23 años, los participantes de Legaltech ALIL 2021 habrían estado esperando la oportunidad de desarrollar sus ideas, algo que lograron a través de una mentoría activa y feedback constante.
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Un bot que asesora on demand
La idea detrás de Kallpa bot, tiene su génesis hace cuatro años, cuando Miguel Kancha y su familia iniciaron una empresa dedicada a la venta de artesanías. Su fracaso, producto de la crisis propiciada por la emergencia sanitaria, hizo que viera la luz. Miguel no podía evitar preguntarse: “Si hubiésemos tenido un mejor asesoramiento o de alguna manera (hubiéramos) podido prever estas situaciones, quizá no hubiese pasado lo que pasamos”.
Esta experiencia fue detonante en la formulación de la propuesta que luego maduró acompañada de un activo equipo de mentores de ALIL. La visión de Kallpa bot es fortalecer a los microempresarios y contribuir con la formalización del sector. Luego del desarrollo del bot, a lo largo del 2022, el estudiante de derecho planea testearlo en Perú hacia el 2023. A futuro, Kancha está interesado en adecuar el sistema del bot a las legislaciones de otros países en la región, contribuyendo con la escalabilidad de su creación.
“El aporte más significativo sería que un microempresario acceda, solamente con su celular, a un pequeño asesor legal que lo acompañe a manejar su emprendimiento o le responda las preguntas más generales que tuviera".
La experiencia de Legaltech ALIL 2021, que potenció su alcance al ser totalmente virtual, inculcó en Miguel Kancha aprendizajes desde lo teórico y metodológico. El acercamiento a sus pares en una competencia que exigió un espíritu colaborativo, desde la retroalimentación y una apertura para pivotar con mentoría, fue el playground ideal para rebelarse contra un sector aún estructurado.
El legaltech en el corazón de la evolución
El valor de la iniciativa ALIL y la primera edición de la incubadora, reside en apostar por una región que estaría bastante atrasada en comparación a otras que ya comprendieron la lección que explica por qué la tecnología debe integrar su visión de futuro.
Sin necesidad de ser oráculos ni arriesgarnos a un spoiler alert sabemos que la tecnología en sí misma no será la que concrete esta visión. Tener clara esta perspectiva es clave sobre todo para una región que está al inicio de su curva de aprendizaje.
Para Stefany Santana, por la experiencia que ha ganado en materia legaltech en Latinoamérica, Canadá y actualmente en Japón, le indican que el mayor desafío en esta curva es vencer el miedo.
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“Los abogados piensan, sobre la tecnología: 'mejor no la tomamos porque tal vez eso nos va a quitar el trabajo'. Después, si la adoptan, compran el software porque todos los demás están comprándolo, pero no lo usan, solamente es un elemento de marketing para que los clientes digan que estamos innovando y estamos a la vanguardia de todo”.
La panorámica de Santana, quien reside en Tokio, donde se desempeña como Directora de Desarrollo de Negocio de Japan & APAC, se articula con la perspectiva de Marysol Morán, su partner en ALIL.
Para Morán, actualmente Directora Ejecutiva de la Asociación Nacional de Abogados de Empresas de México, la implementación de cualquier modelo de innovación, como los que plantea el legaltech, sólo será viable atendiendo dos áreas claves.
“Uno es el cambio cultural organizacional. Si no hay un cambio cultural no va a pasar nada. Y por otro lado, está la parte comunicacional, es decir, esa comunicación que explica y educa”.
La perspectiva de ambas para el 2022 es sumamente optimista. Esta primera experiencia, ha ratificado en ellas que “es el momento para la gente que tiene visión y que quiere cambiar las cosas sobre como entrar al mercado”, detalla Santana.
El ímpetu por desarrollar la comunidad legaltech podría pulverizar el miedo y expandir el territorio de la práctica legal en una región que aún no incentiva la innovación. Y es exactamente eso lo que busca pivotar ALIL.
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