Fecha de publicación: 22/02/2016
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“A pesar de que el sur de Brasil es del tamaño de Francia, la representación de mujeres en rankings de la profesión legal, como el de Chambers & Partners, es mínima. De hecho, solo dos abogadas aparecen en la última edición”, indica Raquel Stein, socia de Carvalho, Machado, Timm e Luz Advogados, en Porto Alegre.
Decidida a traer el asunto de la diversidad de género a la mesa, “algo de lo que ni siquiera se habla en las firmas de abogados”, Stein y su socia, Ana Paula Yurgel, crearon un círculo “lean-in” en 2013. El grupo, enfocado en mujeres miembros de bufetes de abogados e inspirado en la ya famosa plataforma de Sheryl Sandberg, que fomenta la creación de redes de mujeres que se apoyan entre sí alrededor de un tema común, cuenta con 10 miembros y en dos años ha diseñado una agenda propia.
Los inicios
Raquel Stein, socia de Carvalho, Machado, Timm e Luz Advogados
El listado de actividades que ha desarrollado incluye talleres de negociación, trabajo en equipo, lenguaje corporal y tendencias en diversidad de género. Sin embargo, los inicios no fueron tan color de rosa como es de suponer. “Todo el mundo se preguntaba por qué formar un grupo para discutir el tema en las firmas de abogados. Nos miraban con incredulidad”, indica Stein. El tiempo les dio la razón: “queríamos combatir la invisibilidad de las mujeres en las firmas de abogados, fomentar el liderazgo entre las participantes y con ello, generar modelos a seguir para las más jóvenes”, sugiere.
Preguntadas sobre las razones para tal invisibilidad, Stein asoma el tema cultural como la razón principal. “En el sur de Brasil tenemos un machismo muy arraigado. Las mujeres que destacan lo hacen sólo hasta cierto nivel y luego sus carreras se estancan. Si te fijas en la proporción de mujeres y hombres en las escuelas de Derecho y en los grupos de asociados junior de las firmas de abogados, es casi 50-50. Sin embargo, en posiciones de liderazgo, el porcentaje de mujeres es muy bajo”.
En cuanto a los talleres, los resultados fueron palpables: las participantes reportaron que fueron muy útiles para mejorar sus habilidades de negociación con colegas y clientes, “lo cual les daba una plataforma más sólida para obtener mejoras en diferentes áreas”, indica Yurgel.
Más recientemente, el grupo unió fuerzas con Jurídico de Saias, agrupación que reúne a las general counsels del país, para organizar un evento (realizado en 2014) y lanzar un programa de mentoría (en julio de 2015) que involucrase a mujeres de ambos grupos en Río Grande do Sul. El primero se desarrolló en Porto Alegre y contó con la participación de 80 abogadas, quienes se reunieron para discutir el tema de la diversidad de género en las firmas de abogados.
El programa de mentoring: un asunto de confianza
Ana Paula Yurgel, socia de Carvalho, Machado, Timm e Luz Advogados
“Invitamos a 20 abogadas, 10 mentoras y 10 discípulas. Como era nuestro primer año, decidimos comenzar con un grupo reducido, pero para nuestra próxima edición, que iniciará en julio de 2016, pretendemos aumentar la cifra”, indica Yurgel. Como elemento novel, el programa contó con la participación de Elisa Zingano, especialista en recursos humanos, con amplia experiencia en ejecución de programas de desarrollo, liderazgo y mentoring para el Banco InterAmericano de Desarrollo, y quien fue “clave para estructurar el programa”.
“Uno de los criterios que usamos para seleccionar a las discípulas (mentees) que participarían en el programa es que fueran muy jóvenes o iniciando su carrera profesional. Así, cada mentora nominó a dos participantes, abogadas que pensábamos se beneficiarían del programa”, añade Stein.
“Algo que nos sorprendió muchísimo fue que, a pesar de que elegimos a las abogadas por sus cualidades de liderazgo, las chicas mostraron una sorprendente falta de confianza en sí mismas al momento de abrazar proyectos que le darían gran proyección profesional dentro de sus empresas. Comentarios como: ‘no sé si soy la mejor persona para llevar a cabo esto’ o ‘no sé si realmente podré hacerlo’ eran muy comunes”, revela Stein.
Cuestiones asociadas a diferencias de género también saltaron a la palestra. “Las discípulas realmente no se planteaban el asunto de ser iguales a los hombres en la profesión legal”, indica Stein. “Cuando terminas la carrera de Derecho e ingresas o bien a una firma de abogados, una empresa privada o una institución pública, no te planteas estos asuntos”, añade.
Finalmente, el tema del rol que cumple un mentor en las decisiones estratégicas de una abogada dentro de su carrera profesional, fue otra constante. “Dos de nuestras discípulas cambiaron de empresa durante el programa de mentoring. Durante los encuentros estuvo claro que contar con la guía de un mentor jugó un papel muy importante en sus decisiones”, dice Yurgel.
Recientemente, el grupo abrió páginas en redes sociales (Facebook y LinkedIn). De cara a la próxima convocatoria, las organizadoras planean extender la invitación a abogadas del sector público y promover nuevos eventos abiertos al público para intensificar el trabajo de concientización.
“Cuando empezamos en 2013, el tema de la diversidad era no solamente ignorado sino de cierta forma ridiculizado. Después de tres años, las abogadas se sienten no solamente más preparadas para enfrentar los desafíos del liderazgo femenino, sino también para tratar el tema con mayor naturalidad. Esperamos que el tema de la diversidad, no solamente femenina, gane un sitio definitivo en la mesa de discusiones y en la agenda de los bufetes legales”, concluye Stein.
Decidida a traer el asunto de la diversidad de género a la mesa, “algo de lo que ni siquiera se habla en las firmas de abogados”, Stein y su socia, Ana Paula Yurgel, crearon un círculo “lean-in” en 2013. El grupo, enfocado en mujeres miembros de bufetes de abogados e inspirado en la ya famosa plataforma de Sheryl Sandberg, que fomenta la creación de redes de mujeres que se apoyan entre sí alrededor de un tema común, cuenta con 10 miembros y en dos años ha diseñado una agenda propia.
Los inicios
Raquel Stein, socia de Carvalho, Machado, Timm e Luz AdvogadosEl listado de actividades que ha desarrollado incluye talleres de negociación, trabajo en equipo, lenguaje corporal y tendencias en diversidad de género. Sin embargo, los inicios no fueron tan color de rosa como es de suponer. “Todo el mundo se preguntaba por qué formar un grupo para discutir el tema en las firmas de abogados. Nos miraban con incredulidad”, indica Stein. El tiempo les dio la razón: “queríamos combatir la invisibilidad de las mujeres en las firmas de abogados, fomentar el liderazgo entre las participantes y con ello, generar modelos a seguir para las más jóvenes”, sugiere.
Preguntadas sobre las razones para tal invisibilidad, Stein asoma el tema cultural como la razón principal. “En el sur de Brasil tenemos un machismo muy arraigado. Las mujeres que destacan lo hacen sólo hasta cierto nivel y luego sus carreras se estancan. Si te fijas en la proporción de mujeres y hombres en las escuelas de Derecho y en los grupos de asociados junior de las firmas de abogados, es casi 50-50. Sin embargo, en posiciones de liderazgo, el porcentaje de mujeres es muy bajo”.
En cuanto a los talleres, los resultados fueron palpables: las participantes reportaron que fueron muy útiles para mejorar sus habilidades de negociación con colegas y clientes, “lo cual les daba una plataforma más sólida para obtener mejoras en diferentes áreas”, indica Yurgel.
Más recientemente, el grupo unió fuerzas con Jurídico de Saias, agrupación que reúne a las general counsels del país, para organizar un evento (realizado en 2014) y lanzar un programa de mentoría (en julio de 2015) que involucrase a mujeres de ambos grupos en Río Grande do Sul. El primero se desarrolló en Porto Alegre y contó con la participación de 80 abogadas, quienes se reunieron para discutir el tema de la diversidad de género en las firmas de abogados.
El programa de mentoring: un asunto de confianza
Ana Paula Yurgel, socia de Carvalho, Machado, Timm e Luz Advogados“Invitamos a 20 abogadas, 10 mentoras y 10 discípulas. Como era nuestro primer año, decidimos comenzar con un grupo reducido, pero para nuestra próxima edición, que iniciará en julio de 2016, pretendemos aumentar la cifra”, indica Yurgel. Como elemento novel, el programa contó con la participación de Elisa Zingano, especialista en recursos humanos, con amplia experiencia en ejecución de programas de desarrollo, liderazgo y mentoring para el Banco InterAmericano de Desarrollo, y quien fue “clave para estructurar el programa”.
“Uno de los criterios que usamos para seleccionar a las discípulas (mentees) que participarían en el programa es que fueran muy jóvenes o iniciando su carrera profesional. Así, cada mentora nominó a dos participantes, abogadas que pensábamos se beneficiarían del programa”, añade Stein.
“Algo que nos sorprendió muchísimo fue que, a pesar de que elegimos a las abogadas por sus cualidades de liderazgo, las chicas mostraron una sorprendente falta de confianza en sí mismas al momento de abrazar proyectos que le darían gran proyección profesional dentro de sus empresas. Comentarios como: ‘no sé si soy la mejor persona para llevar a cabo esto’ o ‘no sé si realmente podré hacerlo’ eran muy comunes”, revela Stein.
Cuestiones asociadas a diferencias de género también saltaron a la palestra. “Las discípulas realmente no se planteaban el asunto de ser iguales a los hombres en la profesión legal”, indica Stein. “Cuando terminas la carrera de Derecho e ingresas o bien a una firma de abogados, una empresa privada o una institución pública, no te planteas estos asuntos”, añade.
Finalmente, el tema del rol que cumple un mentor en las decisiones estratégicas de una abogada dentro de su carrera profesional, fue otra constante. “Dos de nuestras discípulas cambiaron de empresa durante el programa de mentoring. Durante los encuentros estuvo claro que contar con la guía de un mentor jugó un papel muy importante en sus decisiones”, dice Yurgel.
Recientemente, el grupo abrió páginas en redes sociales (Facebook y LinkedIn). De cara a la próxima convocatoria, las organizadoras planean extender la invitación a abogadas del sector público y promover nuevos eventos abiertos al público para intensificar el trabajo de concientización.
“Cuando empezamos en 2013, el tema de la diversidad era no solamente ignorado sino de cierta forma ridiculizado. Después de tres años, las abogadas se sienten no solamente más preparadas para enfrentar los desafíos del liderazgo femenino, sino también para tratar el tema con mayor naturalidad. Esperamos que el tema de la diversidad, no solamente femenina, gane un sitio definitivo en la mesa de discusiones y en la agenda de los bufetes legales”, concluye Stein.
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