El desafío de Macri: Holdouts en Argentina

El desafío de Macri: Holdouts en Argentina
El desafío de Macri: Holdouts en Argentina
Fecha de publicación: 21/01/2016
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La tensión planea sobre el acuerdo entre Argentina y Estados Unidos con motivo del pago de la deuda de los fondos buitre. ¿Qué espera al país latinoamericano si Macri no consigue un resultado positivo en la negociación? El caso de los fondos buitre es uno de los primeros asuntos en la agenda de Mauricio Macri y uno de los mayores retos para su recién estrenado mandato como presidente de Argentina. Y no será fácil. Los acreedores -fondos especulativos que no aceptaron la reestructuración de deuda en 2005 y 2010- reclaman unos 1.300 millones de dólares al país, que mantiene los pagos congelados desde 2014. Además, esgrimen que Argentina no muestra buena fe al solicitar una quita. Por su parte, el Gobierno argentino –que califica la esperada quita como “lógica”- anunció el pasado 12 de enero que comenzará el proceso de contratación de una firma de abogados adicional a Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP, para apuntalar la defensa de cara al litigio en la ciudad de Nueva York. Según comentó el presidente Macri: "Queremos dejar de ser un país catalogado como incumplidor. Hoy estamos para cerrar el tema y buscar una solución". Y agregó que la deuda es una "limitación” para el crecimiento del país. “No estamos condenados al éxito. Tampoco estamos condenados al fracaso”, reconoció recientemente. De hecho, hace unos meses, animaba a los votantes a apostar por la coalición Cambiemos, a la que representa, sentenciando: “El pueblo no es responsable de los errores, la negligencia, la alienación, la indolencia, la corrupción o la impericia de los dirigentes. Pero sí es responsable de cambiar a esos dirigentes con el voto cuando descubre sus faltas”. A pesar de sus ganas de finiquitar este asunto, las desavenencias se ciernen sobre el acuerdo. Los fondos buitre, encabezados por NML Capital, Aurelius, Blue Angel, y Olifant, reclaman además una cláusula de confidencialidad en las negociaciones; algo a lo que el Gobierno argentino no parece estar dispuesto. ¿Qué se puede esperar de esta nueva etapa para Argentina y cómo afectará la gestión de la deuda a la imagen del país? Ventajas de un acuerdo Comentan los asesores económicos de Macri que su plan original es reconocer la deuda de aproximadamente 15.000 millones de dólares, pedir formalmente a Thomas Griesa, juez federal por el Tribunal Federal de Distrito para el Distrito Sur de Nueva York, que aplique un stay, retomar las negociaciones y finalmente reabrir la alternativa de un acuerdo a través de los bancos privados nacionales e internacionales. Diego Serrano Redonnet, del estudio Pérez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martínez de Hoz (h), cree que “es probable que bancos internacionales presten apoyo financiero a un acuerdo con los fondos ya que facilitar una solución de este tema abre perspectivas muy importantes para que Argentina pueda acceder a los mercados de capitales internacionales en el futuro con tasas convenientes y así abandonar la situación de default técnico en que se encuentra”. Por el momento, los bancos internacionales ya han mejorado sus perspectivas sobre Argentina tras la eliminación del cepo cambiario, aunque avisan de una aceleración de la inflación, las dificultades para reducir el déficit fiscal y un crecimiento económico débil en el primer semestre de 2016. "Si el ajuste pro-mercado se mantiene por este camino, la economía podría crecer entre 4% y 5% en 2017", afirmó el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés). Redonnet es optimista de cara a la consecución de un acuerdo con  “una cancelación por entrega de nuevos bonos, una quita o algún otro arreglo satisfactorio para que podamos dejar atrás este episodio y accedamos a financiamiento en el mercado internacional en condiciones similares a las de otros países de la región como Bolivia, Uruguay, Perú, Ecuador y Paraguay, por ejemplo, que han emitido bonos a largo plazo y a tasas convenientes”. Para el socio de Pérez Alati, el pago de la deuda supondría una cadena de ventajas, que empezaría por facilitar que “las empresas argentinas accedan a más financiamiento y a tasas más baratas, lo que reducirá los costos financieros de las empresas, lo que que a su vez podrá producir mejoras en competitividad que puedan llevar a una disminución genuina de precios por abaratamiento de costes de producción”. Y lo más importante para Redonnet: “Evitará que se tenga que recurrir a la emisión monetaria sin control, que es lo que genera la altísima inflación que tiene la Argentina (una de las más altas del mundo junto con Venezuela) y que ha perjudicado sobre todo a los sectores más vulnerables de la sociedad”. Considera que el acuerdo conllevaría además una “baja de la tasa de interés, acceso a nuevo financiamiento, acceso a mercados de países extranjeros y buenas relaciones con Europa y los Estados Unidos”. Y prevé que, una vez solucionado el conflicto, “la baja relación deuda/PBI de la Argentina, permitirá acceder a los mercados de capitales aprovechando la amplia liquidez existente y el interés de los inversores por Argentina”. ¿Y si no hay acuerdo? El diario argentino La Nación afirmaba a mediados de 2014 que, si el país entra en default, las opciones a mediano plazo son malas debido a que “no habrá financiamiento para emprendimientos privados ni públicos, lo que afectará las obras del Estado y la gestión de las provincias”. Redonnet concuerda y advierte: “En caso de continuar el default, el daño puede ser grave ya que los bonos reestructurados pueden incluso "acelerar" el total de la deuda ya reestructurada”. Redonnet opina que eso sería “catastrófico para el país y obligaría a una nueva reestructuración integral que aplazaría por mucho tiempo el desarrollo y el acceso a los mercados de capitales internacionales”. Javier L. Magnasco, socio del Estudio Beccar Varela -donde es líder del equipo de mercado de capitales- considera que la mejora de relaciones con Estados Unidos no empieza ahora, sino que “la actitud conciliadora y la mejora en las relaciones ya comenzó con la negociación de un préstamo bilateral antes de asumir Macri su cargo”. Sin embargo, y a pesar de mostrarse esperanzado sobre un acuerdo, echa un vistazo a las posibles consecuencias en caso de que no se alcanzara. “Mientras el conflicto con los holdouts esté sin resolver, podrá afectar a la posibilidad de endeudamiento de Argentina y, por tanto, al ingreso de dólares; lo que a su vez haría más elevado el tipo de cambio y afectaría el precio de los productos e insumos importados”. De hecho, Magnasco vislumbra un panorama alternativo ruinoso donde “la falta de fondos (pesos) del gobierno por el agudo déficit fiscal puede tener impacto en el empleo, por los necesarios ajustes que haya que encarar -incluyendo despidos de personal estatal y menor gasto del Estado, que dejaría de volcarse en el sector privado-“. En cambio, esperaría en este caso “un impacto a la baja de los precios ya que habría menos dinero circulando”. Por su parte, el abogado Juan Pablo Bove -experto en Derecho Bancario y Financiero de la firma Tavarone, Rovelli, Salim & Miani Abogados (TRSyM)- destaca la actual “bajada sustancial en el precio de los commodities que se exportan desde nuestro país -en especial en los precios de la soja-, que han generado una importante necesidad de ingreso de divisas para evitar una fuerte rescisión de la economía”. En este escenario, opina que “la resolución del conflicto holdout operaría como punta de lanza para la normalización de la economía, permitiendo el ingreso de aproximadamente 8 mil millones de dólares, derivados de un pre-acuerdo con entidades financieras internacionales”. De lo contrario, el nuevo Gobierno “tendrá que optar entre efectuar un importante ajuste o mantener el esquema inflacionario actual que impacta sustancial y directamente en el nivel de precios”, comenta Bove. Para el socio de TRSyM, “hay una realidad en Argentina: el agotamiento del stock de infraestructura, que requiere inversiones de magnitud. La necesidad de fondos para dichas inversiones excede la capacidad de las fuentes locales. La resolución del conflicto holdout habilitaría el acceso a fuentes de financiación que en los últimos años no han estado disponibles. Asimismo, la baja del riesgo mejoraría los costos de financiación elevados, que actualmente afronta nuestro país”. El futuro de Argentina: el dream team liberal Con un Ministro de Economía (Alfonso Prat) -que tiene en su CV empresas como J.P. Morgan-, un Ministro de Interior como Rogelio Frigerio -que ejerció de Presidente del Banco Ciudad de Buenos Aires y de gobernador alterno ante el BID, el Banco Mundial y el FMI- o una Ministra de Relaciones Exteriores como Susana Malcorra -ex CEO de IBM y Telecom Argentina-, parece todavía más clara la liberalización económica por la que apostará Macri para Argentina. Actualmente, Macri se encuentra en el Foro Económico de Davos (Suiza), que marca el regreso de un presidente argentino después de 12 años. Allí, Macri ya tiene previstas más de siete reuniones bilaterales en favor de la búsqueda de inversión extranjera en el país. ¿Qué traerán el nuevo rumbo económico del país y las nuevas formas de negociación? Por el momento, ha traído una bajada de la prima de riesgo a finales de 2015 y parece que el interés de Estados Unidos y la comunidad internacional. Tendremos que esperar hasta el 25 de enero para conocer el próximo movimiento del Gobierno argentino, que esperará a ese día para hacer su próxima oferta a los fondos. ¿Será el 2016 el año en que se solucione el conflicto de los holdouts?  

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