Fecha de publicación: 11/08/2016
Etiquetas:
El proceso de referendo revocatorio (RR) que se está llevando a cabo en Venezuela contra el presidente Nicolás Maduro se encuentra en un momento particularmente delicado. Y, al mismo tiempo, ello implica que el clima político en el país se encuentre en un tiempo de definiciones.
En la rueda de prensa ofrecida a miembros del cuerpo diplomático, luego de una larga explicación sobre los distintos lapsos del procedimiento administrativo del RR, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, ha señalado que el siguiente paso en el proceso kafkiano diseñado por el gobierno para validar la solicitud del RR podría retrasarse hasta “finales de octubre”.
Ante la presión inicial que se produjo con el anuncio por parte de la coalición opositora, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), de una gran movilización en Caracas el 1 de septiembre, el CNE ha hecho una jugada en cierta forma inesperada: anunciar, informalmente, mucho antes que vencieran los plazos correspondientes, las fechas de recolección del 20 % de las firmas para solicitar el RR.
La jugada es inesperada, porque el CNE no se ha caracterizado, precisamente, por la celeridad en los trámites iniciales de este RR.
Antes de la recolección del 20 % de las firmas, ha sido necesario recolectar en un primer trámite el 1 % de firmas de venezolanos en edad electoral. Entre el momento en el cual la MUD solicitó al CNE la planilla para la recolección del 1 % de firmas, y el anuncio de la decisión del CNE de reconocer como válidas y suficientes las firmas correspondientes a ese 1 %, transcurrieron casi cinco meses. La distancia que hoy nos separa del 10 de enero de 2017 es, precisamente, cinco meses.
En ese sentido, la fijación, así sea informal, de las fechas para la recolección de esas firmas, apenas a unos días de presentada la solicitud por parte de la MUD, va en contra de lo que han sido los precedentes de la actuación del CNE en este procedimiento de RR.
Pero así como es una jugada inesperada, la fijación de las fechas de recolección del 20 % de las firmas en una fecha tan lejana, dentro de dos meses y medio, supone varios escenarios muy riesgosos.
Como decíamos, la MUD había convocado hace unos días una movilización para el 1 de septiembre en la ciudad de Caracas, para exigir la fijación de las fechas de recolección de firmas. En el contexto del procedimiento administrativo que es el RR, ése era el próximo paso importante que debía cumplir el CNE. Al fijar, informalmente, las fechas de recolección, de alguna manera responde muy tempranamente a esa exigencia de la MUD, que se iba a concretar el 1 de septiembre.
Pero, por otra parte, al fijar una fecha tan lejana para la recolección de las firmas, en realidad el CNE deja poco margen para que el RR pueda ser celebrado antes del 10 de enero de 2017.
En efecto, una vez que se haya realizado la recolección de firmas, el CNE dispone de 15 días hábiles para precisar si se cumplió correctamente con el requisito del 20 %.
Si se cumplió correctamente con la exigencia del 20 % de firmas solicitando el RR, el CNE dispone de tres días para fijar la fecha de celebración del RR. Conforme a la Resolución N° 070906-2770, el RR debe celebrarse dentro de los 90 días continuos siguientes.
Con lo cual, el CNE bien pudiera argumentar que en atención a ese plazo de 90 días continuos siguientes que le reconoce la Resolución N° 070906-2770, el RR se celebrará luego del 10 de enero de 2017. Y, como se sabe, conforme al artículo 233 de la Constitución, si la revocatoria del mandato se da luego de cumplidos cuatro años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo designado para ese momento, deberá completar el período. Y esto es clave para el chavismo.
En el contexto de la crisis política que se ha vivido entre la Asamblea Nacional (AN) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de la crisis social que atraviesa Venezuela, el RR se había planteado como una solución pacífica, constitucional y electoral.
Sin embargo, que el CNE administre de modo arbitrario los lapsos para la realización del RR conspira contra esa solución a la crisis.
La MUD se encuentra ahora ante una decisión capital en su estrategia política: renunciar a un RR que es controlado políticamente por el CNE o ir a un RR que muy probablemente sea celebrado en 2017, y que por ello no implique la celebración de nuevas elecciones, sino la continuación del período constitucional por aquél personaje del oficialismo que sea decidido por consenso.
La MUD, en el estado actual de la situación, al parecer tendrá que escoger el mal menor. Sin que se sepa hoy con claridad cuál es.
En la rueda de prensa ofrecida a miembros del cuerpo diplomático, luego de una larga explicación sobre los distintos lapsos del procedimiento administrativo del RR, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, ha señalado que el siguiente paso en el proceso kafkiano diseñado por el gobierno para validar la solicitud del RR podría retrasarse hasta “finales de octubre”.
Ante la presión inicial que se produjo con el anuncio por parte de la coalición opositora, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), de una gran movilización en Caracas el 1 de septiembre, el CNE ha hecho una jugada en cierta forma inesperada: anunciar, informalmente, mucho antes que vencieran los plazos correspondientes, las fechas de recolección del 20 % de las firmas para solicitar el RR.
La jugada es inesperada, porque el CNE no se ha caracterizado, precisamente, por la celeridad en los trámites iniciales de este RR.
Antes de la recolección del 20 % de las firmas, ha sido necesario recolectar en un primer trámite el 1 % de firmas de venezolanos en edad electoral. Entre el momento en el cual la MUD solicitó al CNE la planilla para la recolección del 1 % de firmas, y el anuncio de la decisión del CNE de reconocer como válidas y suficientes las firmas correspondientes a ese 1 %, transcurrieron casi cinco meses. La distancia que hoy nos separa del 10 de enero de 2017 es, precisamente, cinco meses.
En ese sentido, la fijación, así sea informal, de las fechas para la recolección de esas firmas, apenas a unos días de presentada la solicitud por parte de la MUD, va en contra de lo que han sido los precedentes de la actuación del CNE en este procedimiento de RR.
Pero así como es una jugada inesperada, la fijación de las fechas de recolección del 20 % de las firmas en una fecha tan lejana, dentro de dos meses y medio, supone varios escenarios muy riesgosos.
Como decíamos, la MUD había convocado hace unos días una movilización para el 1 de septiembre en la ciudad de Caracas, para exigir la fijación de las fechas de recolección de firmas. En el contexto del procedimiento administrativo que es el RR, ése era el próximo paso importante que debía cumplir el CNE. Al fijar, informalmente, las fechas de recolección, de alguna manera responde muy tempranamente a esa exigencia de la MUD, que se iba a concretar el 1 de septiembre.
Pero, por otra parte, al fijar una fecha tan lejana para la recolección de las firmas, en realidad el CNE deja poco margen para que el RR pueda ser celebrado antes del 10 de enero de 2017.
En efecto, una vez que se haya realizado la recolección de firmas, el CNE dispone de 15 días hábiles para precisar si se cumplió correctamente con el requisito del 20 %.
Si se cumplió correctamente con la exigencia del 20 % de firmas solicitando el RR, el CNE dispone de tres días para fijar la fecha de celebración del RR. Conforme a la Resolución N° 070906-2770, el RR debe celebrarse dentro de los 90 días continuos siguientes.
Con lo cual, el CNE bien pudiera argumentar que en atención a ese plazo de 90 días continuos siguientes que le reconoce la Resolución N° 070906-2770, el RR se celebrará luego del 10 de enero de 2017. Y, como se sabe, conforme al artículo 233 de la Constitución, si la revocatoria del mandato se da luego de cumplidos cuatro años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo designado para ese momento, deberá completar el período. Y esto es clave para el chavismo.
En el contexto de la crisis política que se ha vivido entre la Asamblea Nacional (AN) y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de la crisis social que atraviesa Venezuela, el RR se había planteado como una solución pacífica, constitucional y electoral.
Sin embargo, que el CNE administre de modo arbitrario los lapsos para la realización del RR conspira contra esa solución a la crisis.
La MUD se encuentra ahora ante una decisión capital en su estrategia política: renunciar a un RR que es controlado políticamente por el CNE o ir a un RR que muy probablemente sea celebrado en 2017, y que por ello no implique la celebración de nuevas elecciones, sino la continuación del período constitucional por aquél personaje del oficialismo que sea decidido por consenso.
La MUD, en el estado actual de la situación, al parecer tendrá que escoger el mal menor. Sin que se sepa hoy con claridad cuál es.
WordPress ID
7627
}
Add new comment