El debate de la importancia de la diversidad parece, finalmente, haber empezado a cobrar fuerza. Esto, evidencia que como sociedad estamos reconociendo y buscando corregir prácticas del pasado, que dificultan el crecimiento profesional a ciertos individuos: debido a su sexo, orientación sexual, etnia o religión.
Aunque pareciera que estamos caminando en la dirección correcta, todavía tenemos grandes retos por delante. Para promover la diversidad, es primordial favorecer un entorno seguro, en el cual las personas puedan compartir sus experiencias. Lo mismo ha de ocurrir en el ambiente de la oficina: los profesionales deben tener foros que les permitan compartir y aprender de las experiencias de otros colegas en cuestiones de diversidad. De igual forma, es crucial que personas en puestos directivos y de responsabilidad participen en el debate. Esto es importante para que puedan determinar los elementos clave en la promoción del concepto, o inclusive analizar si han tomado acciones - ya sea consciente o inconscientemente - que hayan resultado en detrimento de la pluralidad en sus equipos.
No hay duda de que luchar por la igualdad y la diversidad es lo correcto, aunque sea simplemente por principios sociales. Sin embargo, hemos llegado a un punto en el cual estos fines también son un punto relevante para atraer nuevos clientes.
Recientemente, QIL+4 Abogados participó en una cumbre de diversidad organizada por Greenberg Traurig. En esa ocasión pudimos escuchar la posición de distintos profesionales y gerentes, como el director del departamento legal de Microsoft Latinoamérica. El directivo compartió que antes de contratar a un bufete de abogados, uno de los puntos que ellos toman en consideración es si el equipo de abogados es un equipo diverso. Este tipo de práctica, que ya es común en las empresas Fortune 500, también se está empezando a reflejar en medianos y pequeños negocios
No quiere decir que debamos impulsar estas iniciativas simplemente para cumplir con una exigencia de las Fortune 500. Las razones que están detrás de esta preferencia van más allá de simples formalidades o relaciones públicas. Poco a poco, las empresas están comprendiendo que la diversidad tiene un impacto directo en el funcionamiento y la eficiencia del negocio. Los miembros de un equipo diverso son capaces de aportar diferentes conocimientos, habilidades y fortalezas inherentes a cada uno, lo cual permite un análisis más completo y con mejores resultados. En un equipo diverso, cada individuo analiza el problema desde un prisma diferente. Es esa variedad de experiencias y perspectivas la que mejora las destrezas de resolución de problemas de un equipo.
El resultado es un valor agregado que los clientes valoran, y que cada vez se vuelve más importante en el análisis que realizan para determinar qué proveedores contratar.
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