Hillary Clinton y su más grande obstáculo en la carrera por la presidencia

Hillary Clinton y su más grande obstáculo en la carrera por la presidencia
Hillary Clinton y su más grande obstáculo en la carrera por la presidencia
Fecha de publicación: 31/10/2016
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I have already paid for all my future sins. Sade


En estos días febriles de una campaña electoral carnavalesca, pocos candidatos estadounidenses deben haberse arrepentido más de presionar el “send” que la Sra. Clinton y sus ayudantes en la Secretaría de Estado o, posteriormente, en su staff de asesores de campaña. Y las cosas no dejan de empeorar.


Esencialmente, todo es horriblemente confuso. Veamos si podemos desenmarañar la controversia. En síntesis: ¿cuándo lo hizo? ¿qué hizo? y ¿es grave lo que hizo?


¿Cuándo lo hiciste, Hillary?


En junio de 2009, la Sra. Clinton asumió la dirección del Departamento de Estado y empezó a usar la cuenta [email protected], ubicada en un servidor privado. La política de usos de herramientas digitales del Departamento establecía claramente que las “operaciones normales, cotidianas, debían ser conducidas en un sistema autorizado”. El servidor privado no lo era. Poco tiempo después, el Departamento exigió que todos los documentos de las cuentas personales debían ser preservados en sistemas federales.


En diciembre de 2012, el chairman del House Oversight Committee le preguntó a la Sra. Clinton si había usado su cuenta privada. Cuando más tarde su oficina contestó, simplemente no respondió la pregunta -para perplejidad del comité y regocijo del clásico programa cómico Saturday Night Live.


En febrero de 2013, ya después de su paso por la Secretaría, miembros del staff de ese organismo, que revisaban documentos relacionados con el ataque de Benghazi, descubrieron intercambios de correspondencia electrónica entre su cuenta privada y las cuentas gubernamentales de sus colaboradores más íntimos. Luz roja. A continuación, se procedió a negociar con los representantes de la Sra. Clinton la obtención de todos sus correos. El Departamento entregó 15.000 páginas de documentos y un puñado de correos personales de la Sra. Clinton. En diciembre, sólo después de un requerimiento formal del Departamento, la ya ex Secretaria Clinton entregó 55.000 páginas impresas de más de 30.000 correos. Más tarde, bajo presión del Comité, el Departamento le entregó 900 páginas de correos. Luego, la propia Hillary anunció que había borrado unos 32.000 mensajes personales.


En julio de este año, investigadores del gobierno encontraron información clasificada en el servidor de la Sra. Clinton. Pero hay que destacar que esos correos no estaban clasificados como confidenciales cuando los envió la Secretaria, siendo entonces incierto si al principio supo que lo eran. Acto seguido, el FBI inició una investigación para determinar si existían motivos para iniciar una acción legal contra la candidata.


¿Qué hiciste Hillary?



  • Según el sumario de esa investigación de 250 páginas, la Sra. Clinton llevó su BlackBerry a un área del séptimo piso del Departamento de Estado donde estaban prohibidos estos aparatos. Irónicamente, dos días después de asumir, su antecesor le previno sobre el uso descuidado de BlackBerries…

  • Parte de su staff no sabía que sus correos estaban alojados en un servidor privado -es más, los correos solo contenían la letra “H” en el campo de quien los enviaba y no mostraban su dirección.

  • La Sra. Clinton descansaba en el criterio de su staff para saber qué correo estaba clasificado y cuál no.

  • La Sra. Clinton usó no uno, sino trece aparatos para enviar sus correos.

  • Y sí, definitivamente envió documentación clasificada (193 correos) a través de un servidor privado.


¿Al cadalso, entonces?


Ya sabemos qué hizo y cuándo. Resta determinar la gravedad. Si le preguntamos al Sr. Trump, o nos guiamos por la cadena Fox, desde Torquemada no se vio alguien tan nefasto en Occidente como Hillary. Que quizás según ellos merecería la pena que el inefable acusador de la Inquisición favorecía: ser quemada viva frente a la Casa Blanca, ¿usando como combustible los correos impresos?


Por cierto que es grave el descuido. No hubo cuidado del entorno y existe una manifiesta impericia y bastante desprecio por las buenas prácticas que imponen no enviar contenidos del trabajo por una cuenta privada. O usando un servidor privado, más aún si uno es Secretario de Estado de la primera potencia del mundo.


Pero también es cierto que Hillary es tan tecnófoba que no sabe usar una PC y lo único que deseaba era, y así lo manifestó desde el primer día de su gestión, enviar mensajes personales desde su BlackBerry. Razonablemente se puede inferir que este arreglo estaba destinado a darle un margen de privacidad a la más pública de las mujeres estadounidenses. Y que no está prohibido, ni fue secreto, por cierto.


Pero se trata de negligencia, y no un crimen. No hay ningún indicio hasta ahora de que conscientemente, a sabiendas, la Sra. Clinton se haya propuesto comprometer la seguridad de su país. Y es esa falta de certeza sobre la intencionalidad de la Sra. Clinton, sobre el conocimiento de cometer una acción que potencialmente comprometía la seguridad de sus compatriotas, lo que llevó al FBI a concluir que no encontraba mérito para una investigación, aun cuando el 27 de Octubre anunció que había descubierto correos privados de la Sra. Clinton, en un caso distinto al original, que podrían contener material clasificado. Es evidente que el karma de Hillary le perseguirá por varios años.


Y la sanción, si es que existe, no es el tormento. Quizás la sanción sea obtener la Casa Blanca, de acuerdo a la teoría de “las plegarias atendidas” de Santa Teresa...

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