Mucho se ha escrito sobre lo que significa ser líder en un mundo que gira más rápido y donde la necesidad de reinventarse, está latente. En lo particular y para efectos de esta columna, rescataremos la teoría del liderazgo del océano azul, según la cual el liderazgo es un servicio que las personas en una organización compran o no compran. Así, sobre esta necesidad de contar con empleados comprometidos porque ciertamente han comprado lo que les vendió su líder, es que nos planteamos una serie de preguntas sobre el liderazgo chino en la región.
Creemos también que nuestras preguntas deben atender el horizonte y tiempos que maneja China en sus inversiones en Latinoamérica. Es decir, debemos proyectarnos en pensar cómo será el liderazgo que desarrollará el futuro management chino que dirija sus proyectos en la región; compuesto por las nuevas generaciones de chinos, que son resultado del ímpetu por aprender español y políticas que fueron implementadas en su momento, como la del hijo único. Es decir, contaremos con líderes que han nacido en un mundo digital y en un denominado comunismo con características chinas. Todo ello enriquece nuestro ejercicio, pues nuestros argumentos no podrán dejar de lado los aspectos sociales, políticos y psicológicos del liderazgo.
El reto planteado al inicio debe entonces reconducirse. Más que preguntar si el liderazgo chino se adaptará a la región deberíamos preguntarnos qué nos aportará este liderazgo en nuestro camino hacia una economía basada en la inclusión. El nuevo liderazgo chino ¿estará preparado para comprender nuestro complejo entorno social y trabajar para generar credibilidad y confianza? Los empleados no chinos, ¿lograrán tener una conexión emocional con sus líderes chinos? Es decir, ¿comprarán lo que les vendieron? Este joven liderazgo de la China, ¿promoverá una cultura de innovación que se obtiene permitiendo al interior de nuestras empresas diversidad y diferentes modos de pensar?
Imaginar un futuro junto con el probable rol hegemónico que tendrá China es un desafío. Sin embargo, preguntarnos sobre el liderazgo chino en la región nos demandará el uso de herramientas como el foresight. Es decir, incorporar en nuestros procesos de planeamiento cómo se desarrollará un previsible y creciente liderazgo chino en nuestra sociedad.
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