Fecha de publicación: 26/05/2016
Etiquetas:
En 1970 el futurólogo Alvin Toffler escribió “El Shock del Futuro”, libro que explicaba como la sociedad está llevando a cabo un cambio estructural gigantesco en el paso de una sociedad industrial a super-industrial y posindustrial. Según Toffler, este cambio habría de sobrepasar a muchas personas, creándoles un estado sicológico de angustia por producirse "demasiado cambio en un período de tiempo demasiado corto".
Pues el cambio finalmente llegó a la industria de servicios financieros en el mayor mercado financiero del mundo: los EE. UU. Las reglas que lo hacen posible, aprobadas en la Ley Jobs (2012), requerían desarrollo reglamentario para el Titulo III, sobre “Crowdfunding” (en castellano, “Fondos Compartidos”). La reglamentación de la U.S. Securities and Exchange Commission tuvo lugar el pasado octubre, y es finalmente ahora (16 de mayo) que ha entrado en vigencia.
Empecemos desde el principio: ¿Qué es Crowdfunding? La idea de “hacer un pote” es familiar entre nosotros. Amigos y familiares se reúnen para recoger fondos entre ellos y destinarlos a un fin común: pagar una fiesta, ayudar a un familiar enfermo o sufragar los estudios de algún escolar necesitado. La diferencia es que ahora esto puede hacerse apelando a la generosidad de extraños por medio de la potencia que dan las plataformas online.
Este modelo de negocios, que ha venido funcionando con éxito avasallante desde mediados de esta década (ej. Kickstarter; Indiegogo; GoFundMe) ha dado paso a plataformas que atienden nichos especiales. Fue así como el Crowdfunding-donación, ideal para causas altruistas mutó al “Crowfunding-equity” o al “Crowdfunding-deuda”, donde los inversionistas colocan su dinero en una empresa a cambio de acciones o bonos de deuda convertibles en acciones. Estos nuevos modelos están creciendo de manera acelerada, y ya alcanzan un volumen de negocios USD 600 millones en los EE. UU. Massolutions (2015) estima que la industria del Crowdfunding en su conjunto excederá USD 34 mil millones, sobrepasando el total de fondos administrados por fondos de capital de riesgo en EE. UU.
Las reglas del mercado financiero estadounidense (Securities Act de 1933 y Securities Exchange Act de 1934) impedían recoger dinero del público para colocarlo en proyectos de inversión, a menos que se hiciera por intermedio de regulaciones severas, que solo la banca comercial era capaz de cumplir. La JOBS Act de 2012 quiso dar un empuje al desarrollo de startups creando una excepción legal, que hasta ahora había permitido acceder a inversionistas con un patrimonio superior al millón de USD.
A partir de la entrada en vigencia del Título III de dicha ley (“Crowdfunding”) las empresas podrán obtener dinero via plataformas online, de inversionistas con un patrimonio inferior a USD 100.000. Esto abre el mercado de “fondos prestables” a un 90 % del total de fondos represados en cuentas de ahorros, ahora a disposición de préstamos a startups. Para hacerlo, las empresas (en mayor medida startups, aunque no exclusivamente) podrán emitir acciones o bonos de deuda convertibles en acciones, a través de las modalidades de Crowdfunding-Equity y Crowdfunding-Deuda, respectivamente.
Las condiciones bajo las cuales se prevé que puedan hacerlo son precisas:
Plataformas como direcTO, en Florida, o SeedInvest, en Texas, ofrecen servicios de Crowdfunding a comunidades especiales (direcTO atiende la comunidad Hispana del Sur de la Florida y Latinoamérica); Crowdfunder atiende un publico indiferenciado; otras plataformas se especializan en industrias como bienes raíces (ej. Fundrise; PatchofLand), o energía y gas (ej. EnergyFunders; CrudeFunders).
¿Qué se necesita para hacer una campaña de Crowdfunding? Cada plataforma tiene su propia política, pero hay regulaciones mínimas, que exigen a quien solicita fondos lo siguiente: (a) Información sobre los directores de la empresa, así como aquellos socios propietarios de 20% del capital social; (b) Una descripción de la compañía y del uso que se dará a los fondos recogidos en la campaña; (c) El precio de las acciones o bonos a ser ofrecidos al público, el monto que se espera recoger de la campaña, la fecha límite en que se espera lograr ese objetivo y si la empresa tiene intención de recoger fondos adicionales; (d) Una descripción de la situación financiera de la empresa; (e) Indicación de si existen litigios o reclamos judiciales o extrajudiciales pendientes; (f) Estados financieros auditados y una copia de los recibos de pago de impuestos; (g) Un plan de negocios.
Adicionalmente, muchas plataformas recomiendan acompañar la información con un video que presente el proyecto; este puede ser muy importante, ya que las estadísticas demuestran que aproximadamente el 60% de los inversionistas deciden invertir luego de ver el video.
¿Cómo será esta "Revolución financiera del Crowdfunding"? Igual que Uber ha cimbrado los cimientos de la industria de transporte, el crecimiento del CF se hará notar de modo acelerado e inexorable. Varios factores van a modular la velocidad del cambio en la industria de servicios financieros: la familiaridad del emprendedor con el uso de los mecanismos online para buscar fondos; la transparencia del sistema, que será la fuente de confianza necesaria para inducir el uso de las plataformas; el desarrollo de mecanismos de pago alternativos (ej. Bitcoin), que permitirá superar controles cambiarios gubernamentales; y la calidad de la regulación, que deberá ser suficientemente flexible para no asfixiar el crecimiento de esta nueva industria. Pronto veremos el CF convertirse en el modelo principal de negocios de la industria financiera mundial.
El mundo está cambiando más aceleradamente de lo que nos podemos percatar, como acertadamente lo predijo Toffler, pero se equivocaba en su pesimismo pues gracias al CF de empresas como DirecTO o Uber, Airbnb y otras plataformas online similares, la vida se ha hecho mucho más sencilla, económica y cómoda para todos. Los proveedores basados en viejas formas de intermediación de servicios tendrán que ajustarse a la realidad.
Pues el cambio finalmente llegó a la industria de servicios financieros en el mayor mercado financiero del mundo: los EE. UU. Las reglas que lo hacen posible, aprobadas en la Ley Jobs (2012), requerían desarrollo reglamentario para el Titulo III, sobre “Crowdfunding” (en castellano, “Fondos Compartidos”). La reglamentación de la U.S. Securities and Exchange Commission tuvo lugar el pasado octubre, y es finalmente ahora (16 de mayo) que ha entrado en vigencia.
Empecemos desde el principio: ¿Qué es Crowdfunding? La idea de “hacer un pote” es familiar entre nosotros. Amigos y familiares se reúnen para recoger fondos entre ellos y destinarlos a un fin común: pagar una fiesta, ayudar a un familiar enfermo o sufragar los estudios de algún escolar necesitado. La diferencia es que ahora esto puede hacerse apelando a la generosidad de extraños por medio de la potencia que dan las plataformas online.
Este modelo de negocios, que ha venido funcionando con éxito avasallante desde mediados de esta década (ej. Kickstarter; Indiegogo; GoFundMe) ha dado paso a plataformas que atienden nichos especiales. Fue así como el Crowdfunding-donación, ideal para causas altruistas mutó al “Crowfunding-equity” o al “Crowdfunding-deuda”, donde los inversionistas colocan su dinero en una empresa a cambio de acciones o bonos de deuda convertibles en acciones. Estos nuevos modelos están creciendo de manera acelerada, y ya alcanzan un volumen de negocios USD 600 millones en los EE. UU. Massolutions (2015) estima que la industria del Crowdfunding en su conjunto excederá USD 34 mil millones, sobrepasando el total de fondos administrados por fondos de capital de riesgo en EE. UU.
Las reglas del mercado financiero estadounidense (Securities Act de 1933 y Securities Exchange Act de 1934) impedían recoger dinero del público para colocarlo en proyectos de inversión, a menos que se hiciera por intermedio de regulaciones severas, que solo la banca comercial era capaz de cumplir. La JOBS Act de 2012 quiso dar un empuje al desarrollo de startups creando una excepción legal, que hasta ahora había permitido acceder a inversionistas con un patrimonio superior al millón de USD.
A partir de la entrada en vigencia del Título III de dicha ley (“Crowdfunding”) las empresas podrán obtener dinero via plataformas online, de inversionistas con un patrimonio inferior a USD 100.000. Esto abre el mercado de “fondos prestables” a un 90 % del total de fondos represados en cuentas de ahorros, ahora a disposición de préstamos a startups. Para hacerlo, las empresas (en mayor medida startups, aunque no exclusivamente) podrán emitir acciones o bonos de deuda convertibles en acciones, a través de las modalidades de Crowdfunding-Equity y Crowdfunding-Deuda, respectivamente.
Las condiciones bajo las cuales se prevé que puedan hacerlo son precisas:
Plataformas como direcTO, en Florida, o SeedInvest, en Texas, ofrecen servicios de Crowdfunding a comunidades especiales (direcTO atiende la comunidad Hispana del Sur de la Florida y Latinoamérica); Crowdfunder atiende un publico indiferenciado; otras plataformas se especializan en industrias como bienes raíces (ej. Fundrise; PatchofLand), o energía y gas (ej. EnergyFunders; CrudeFunders).
¿Qué se necesita para hacer una campaña de Crowdfunding? Cada plataforma tiene su propia política, pero hay regulaciones mínimas, que exigen a quien solicita fondos lo siguiente: (a) Información sobre los directores de la empresa, así como aquellos socios propietarios de 20% del capital social; (b) Una descripción de la compañía y del uso que se dará a los fondos recogidos en la campaña; (c) El precio de las acciones o bonos a ser ofrecidos al público, el monto que se espera recoger de la campaña, la fecha límite en que se espera lograr ese objetivo y si la empresa tiene intención de recoger fondos adicionales; (d) Una descripción de la situación financiera de la empresa; (e) Indicación de si existen litigios o reclamos judiciales o extrajudiciales pendientes; (f) Estados financieros auditados y una copia de los recibos de pago de impuestos; (g) Un plan de negocios.
Adicionalmente, muchas plataformas recomiendan acompañar la información con un video que presente el proyecto; este puede ser muy importante, ya que las estadísticas demuestran que aproximadamente el 60% de los inversionistas deciden invertir luego de ver el video.
¿Cómo será esta "Revolución financiera del Crowdfunding"? Igual que Uber ha cimbrado los cimientos de la industria de transporte, el crecimiento del CF se hará notar de modo acelerado e inexorable. Varios factores van a modular la velocidad del cambio en la industria de servicios financieros: la familiaridad del emprendedor con el uso de los mecanismos online para buscar fondos; la transparencia del sistema, que será la fuente de confianza necesaria para inducir el uso de las plataformas; el desarrollo de mecanismos de pago alternativos (ej. Bitcoin), que permitirá superar controles cambiarios gubernamentales; y la calidad de la regulación, que deberá ser suficientemente flexible para no asfixiar el crecimiento de esta nueva industria. Pronto veremos el CF convertirse en el modelo principal de negocios de la industria financiera mundial.
El mundo está cambiando más aceleradamente de lo que nos podemos percatar, como acertadamente lo predijo Toffler, pero se equivocaba en su pesimismo pues gracias al CF de empresas como DirecTO o Uber, Airbnb y otras plataformas online similares, la vida se ha hecho mucho más sencilla, económica y cómoda para todos. Los proveedores basados en viejas formas de intermediación de servicios tendrán que ajustarse a la realidad.
WordPress ID
6044
}
Add new comment