Eduardo Ramírez es el nuevo special counsel de BLP, en Costa Rica. Con tres décadas de experiencia en el área de banca y finanzas, la firma celebró su llegada. El especialista aseguró que luego de su experiencia como gerente general del Banco de Costa Rica, esta etapa le brinda nuevos retos profesionales.
Desde su nuevo cargo hoy quiso responder nuestro Cuestionario LexLatin.
¿Por qué decidió hacerse abogado?
Desde que cursaba mis estudios en la escuela primaria tenía claro que quería ser abogado. Por tanto, no fue una decisión intelectual en ese momento, sino más bien interpretaba una vocación que despertaba en mí el especial interés de ser abogado. En aquel entonces, posiblemente este sentimiento surgió por la admiración que sentía por algunos profesionales, parientes e incluso políticos que eran abogados. Lo cierto es que esa vocación se fue consolidando en el colegio, cuando ya de una manera más racional me interesé por esta profesión: me gustaba la lectura, así como hacer análisis o interpretaciones de lo que ocurría en ese entonces. Y hoy en día es lo que me gusta hacer y disfruto: me gusta ser abogado.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Sin duda, en mi circunstancia, mi meta más importante es tener éxito en el ejercicio profesional ahora en el sector privado. El éxito vendrá en la medida en que el trabajo profesional se haga con excelencia; con una estrategia adecuada que integre un valor agregado para los clientes, para BLP -y sus equipos profesionales-, y también para el país; en un ambiente de competencia sana con otras firmas legales, pero con valores éticos y personales que transmitan confianza, lealtad y seguridad.
Como abogado con varios años de experiencia, ¿qué consejo le daría a las nuevas generaciones de abogados?
A las nuevas generaciones de abogados siempre el mejor consejo que puedo dar es que construyan el éxito a partir de bases sólidas, como una casa: los cimientos serán los estándares éticos que tengan, si no están bien, el desarrollo de la carrera se estará edificando como un castillo de naipes. Que estudien y piensen primero en positivo. Que los abogados cumplimos un papel muy importante en la construcción de una sociedad en donde las personas y las instituciones tengan reglas de convivencia y de solución de conflictos adecuadas; que la creatividad en el derecho es una fuente inagotable para proponer nuevas formas de desarrollo y que hay un futuro apasionante y retador para la innovación.
¿Cuáles son, según usted, las cualidades más importantes que debe tener un abogado para alcanzar el éxito?
En parte se responde con las preguntas anteriores: i. La ética profesional y los valores deben prohijar una conducta que transmita confianza, lealtad y buena fe; ii. El trabajo por más sencillo que sea debe hacerse con excelencia; ii. El abogado debe ser proactivo en el estudio de los temas: proponiendo, pensando estratégicamente, analizando los riesgos, dando seguimiento, en definitiva: iii. mostrar un verdadero compromiso con los intereses del cliente y de la firma; iii. con la creatividad; iv. y la innovación.
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
En este momento podría decir que hubiese escogido la carrera de Economía. Me parece que es una profesión muy interesante en razón de que trabajé en el sector financiero por más de 27 años y hay natural interés por estar informado sobre aspectos de índole económica. Como decía un apreciado colega, los abogados siempre terminamos hablando de economía y los economistas siempre terminan hablando de leyes. Parecen ser un buen complemento.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
Antes de iniciar la carrera de Derecho, que fue hace muchos años -en 1980-, leí un libro que me gustaría que lo leyeran los estudiantes como punto de partida: El Alma y la Toga, de Ángel Ossorio, viejito, sí, pero con una sabiduría totalmente actual.
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