La creciente oferta de abogados es una tendencia constante en los países de habla hispana. En Bolivia, por ejemplo, el crecimiento de los abogados es de un 40% anual, indicó Raúl Jiménez, presidente del Colegio de Abogados del país altiplano.
Asimismo ocurre en Estados Unidos, donde la American Bar Association indicó que para 2022 habrá tres abogados disponibles para cada puesto de trabajo en el área.
Ante este panorama, dominado por una alta competitividad, saturación del mercado, y nuevas formas de relacionarse derivadas de la hiperconectividad digital, se hace necesario manejar la marca personal de forma estratégica —encontrar su valor diferenciador para abrirse a un mundo de posibilidades, tanto en el plano online como en el offline.
Un dato curioso es que tan solo 3 de cada 10 profesionales sabe vender su trabajo. Es aquí donde el personal branding viene a jugar un papel primordial. Establece la estrategia y acciones necesarias para gestionar la reputación y relaciones, para lograr que usted sea la opción preferente al estar en el “top of mind” de sus aliados, colaboradores y clientes.
Bien sea porque trabaje en una firma o en el libre ejercicio, hacerse un nombre dependerá no solo de credenciales académicas, sino también de la actualización constante, y de sus años de experiencia.
Conocer qué le apasiona es fundamental. La mirada va hacia adentro y la reflexión apunta a determinar en qué soy realmente bueno. Si tiene varias especialidades, es preferible escoger una específica: aquella en la que tenga mejor oportunidades para capitalizar; en la que tenga mejores relaciones; y en la que pueda ofrecer un servicio impecable. Luego, tendrá que determinar qué quiere ofrecer, y a quién, es decir, determinar cuál será su público.
La diferenciación es clave. Para encontrar el valor diferenciador se recomienda hacer un benchmark, es decir evaluar qué están haciendo sus pares y cómo lo están haciendo, qué promueven de ellos mismos, y cómo es su presencia en redes sociales.
En su libro “Nunca comas solo”, Keith Ferrazzi recomienda encontrar en nosotros algo en lo que seamos expertos, algo que nos diferencie de los demás y nos haga únicos, que aporte más a nuestras relaciones y a nuestro trabajo.
Ese estilo único es la huella que dejarás en los demás mediante las relaciones y experiencias. Reflejar tu esencia, temas de interés, forjar una comunidad, tener presencia y alimentar las redes sociales es parte del trabajo de personal branding.
El 'branding' del nombre y apellido pasa por las formas más tradicionales: participar en actividades relacionadas con el gremio, ser conferencista, facilitador de talleres, profesor universitario, escribir artículos o incluso un libro, y colaborar con revistas especializadas. También está relacionado con tener una constante, consistente y coherente presencia digital —que sea usted quien dirija los primeros resultados de Google cuando se busque su nombre y apellido. Para este fin, es útil tener un sitio web o un blog al que pueda subir sus artículos y luego compartirlos en las redes sociales.
Es preferible tener presencia en aquellas redes que se puedan atender con la frecuencia y contenido necesario. Para abogados, las redes más eficientes son LinkedIn, Twitter y el FanPage de Facebook. Serán útiles y poco a poco irá creando una comunidad que se irá haciendo una imagen. Así forjará su reputación, importante activo que se basa en la percepción que los demás tienen sobre usted.
La clave está en combinar la experiencia profesional, la académica y las habilidades blandas o soft skills (comunicación, asertividad, persuasión, relacionamiento) con una estrategia de personal branding que le brindará muchos beneficios y grandes oportunidades.
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