La Izquierda Old Fashion sobrevive en Latinoamérica

No es solo que la izquierda latinoamericana —y muy especialmente la venezolana— esté demodé en cuanto a la manera de enfrentar los retos sociales y económicos de nuestros países. Es que también su lenguaje parece extraído de los viejos discursos soviéticos de la temporada más "ardorosa" de la guerra fría. El ocio post navideño me llevó a buscar nuevamente un párrafo de un discurso pronunciado por Leonid Brezhnev en la apertura de una Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros, en 1969:

Permítanme que, en nombre del Comité Central del PCUS y de todos los comunistas soviéticos, salude cordialmente a las delegaciones de los partidos hermanos que han venido para participar en la Conferencia Internacional. En ustedes saludamos calurosamente a los millones de correligionarios y compañeros de lucha de todos los países y de todos los continentes que, bajo la bandera del marxismo-leninismo, defienden los intereses de la clase obrera y de todos los trabajadores y luchan contra el imperialismo, por el socialismo, por la paz, la democracia y la independencia nacional...

¡Ya, por favor!

Y como el hombre (y solo el hombre) nada en las olas del lenguaje, entonces es muy fácil en este siglo XXI de locura, ahogarse sin opciones en estas corrientes de la palabra antiimperialista, que dejan confinadas en las profundidades del océano a estos líderes desfasados y a sus seguidores. ¿Cómo recoger el agua -palabra- derramada de la derrota económica, esa que ha sido generada por una izquierda enjuta de ideas? ¿Cómo aclarar a tanto seguidor (cada vez son menos) que las cosas en otras latitudes han cambiado?

Revisar noticias distrae. Y desde hace varios años leo, no sé con qué oscuro objetivo, la página oficial de noticias de la República Socialista de Vietnam. Más ocio que vicio. Pero ahora que escribo estas líneas le comienzo a ver el queso a la tostada. Quisiera transcribir algunos titulares de la prensa vietnamita de los últimos días, que pueden confirmarse en es.vietnamplus.vn, para que algún filósofo revolucionario me explique. Voy entonces con esta especie de newsletter oriental:

• Premier vietnamita recibe a director ejecutivo general de Google


• Entra en vigor acuerdo de libre comercio Vietnam-Corea del Sur


• Standard & Poor pronostica señales positivas de economía vietnamita


• Destacan progreso de asociación integral Vietnam-Estados Unidos


• Parlamento Europeo aprueba Acuerdo de Asociación y Cooperación Integral con Vietnam


• Productos “Hecho en Vietnam” penetran en el mercado extranjero


• Comité Popular (Comunista) de Hanoi abre su página de Facebook


• Vietnam aplaude próxima visita del presidente francés al país


• Mercado automovilístico de Vietnam despierta interés de inversores foráneos


• Experimenta fuerte aumento de intercambio comercial Vietnam - Canadá


• Premier vietnamita destaca asociación estratégica con Francia


• Primer ministro urge a poner en ejercicio completo mecanismo de mercado


• Vietnam espera el continuo respaldo de FMI en finanzas

Las cosas han cambiado. No cabe duda. No es solo el pragmatismo económico que llevó a China y a Vietnam (Cuba va por ese camino) a analizar cómo detener la hambruna que aniquiló a millones hasta mediados del siglo XX, concluyendo que las reglas del mercado y la propiedad privada eran la vía ineludible. También cambió el lenguaje. El imperio norteamericano y su portentoso mercado, otrora destinatario de floridos insultos, constituye ahora un aliado esencial en el proceso de desarrollo y prosperidad de China, nuevo gran imperio en materia económica.

Pero aquí, en Venezuela, no está pasando nada parecido. A esta hora, 11:30 de la noche, pude oír por raticos un programa de opinión en Radio Nacional donde, con trágicos estertores, los invitados y sus anfitriones trataban de apaciguar el dolor de las magulladuras de las recientes elecciones del 6 de diciembre en las que la gente mandó un claro mensaje al gobierno. La discusión nunca tocó el fondo del asunto, que no es otro que la profunda crisis económica generada por la incapacidad del gobierno en la materia. Para estos señores el dilema se limita a todo un tenebroso plan mediático-comunicacional de la oposición, condimentado, por supuesto, con un discurso de “guerra económica” que ya nadie cree. Sabotaje sin culpables, incendiarios sin pruebas. Lo que más me impactó, fue la convicción de que todo este deslave político del régimen es producto de cualquiera menos del gobierno.

Solo fomentando la producción nacional, la productividad, el mercado, la diversificación de la economía, como lo hace Vietnam (quién lo diría) podremos salir de este foso de penurias. Ah claro, y apoyándonos en aquellos entes multilaterales que disponen de recursos y experiencia en casos como el que nos agobia.

Una vez, en el aeropuerto de Maiquetía, me encontré a un ingeniero petrolero chino que iba a Maracaibo porque trabajaba en una empresa petrolera de su país que hacía trabajos en el Lago. En un muy buen español me contaba sobre su labor en los campos petroleros. Yo le preguntaba más bien sobre la economía china y me ratificaba que existía propiedad privada, economía de mercado, y otras menudencias comunes en economías capitalistas. Le dije: "entonces China ahora es capitalista" y me respondió: "No, nosotros somos comunistas, porque la etapa previa del comunismo es el capitalismo." [Y así es. Eso nos lo enseñó nuestro querido Padre Sucre SJ en su cátedra de Doctrinas Económicas.] Le pregunté al chino: "¿Y cuánto dura esa etapa previa?" A lo que respondió "Uffffff" gesticulando con la mano hacia el horizonte.