Corina Bove es socia de Guyer & Regules, firma uruguaya en la que ha construido su carrera desde que comenzase a trabajar a los 23 años. Admitida para ejercer la profesión en Uruguay y en Nueva York, tras su paso por lo que hoy es Dentons, Bove se especializó en el área corporativa. Hablamos con ella en la serie Rompiendo moldes de su bagaje internacional y de las excelentes particularidades del sector legal en Uruguay, una jurisdicción pequeña pero confiable y sofisticada.
Como ya indicamos, en Rompiendo moldes nos encontramos con las abogadas más influyentes de la región. En cada encuentro nos hablan de sus carreras, especialidades, de su evolución personal y laboral, además de los retos que todavía encaran en la profesión.
¿Cuál es su carta de presentación como abogada?
Soy una apasionada de mi profesión y disfruto muchísimo de mi trabajo. Empecé a trabajar en Guyer & Regules a los 23 años, a los días de recibirme de abogada. Al principio, y por unos pocos años, estuve en el área de litigios. Esto me dio una gran formación para mi posterior desarrollo en el área corporativa.
Vivir y lidiar con las dificultades que sobrevienen cuando un contrato no está bien redactado o cuando una estrategia no está bien planteada, marcó la forma en que luego desarrollé mi trabajo en el área corporativa. Hice toda mi carrera en Guyer & Regules.
Hace varios años tuve la posibilidad de, como becaria Fulbright, hacer un LLM en Georgetown University, en EEUU. Trabajé en una firma en Nueva York (hoy Dentons) durante un tiempo y obtuve el título de abogada allá también. Eso contribuyó a dar un enfoque internacional a mi práctica.
Cuando mira atrás y hace una valoración de lo que ha andado hasta ahora en su carrera ¿qué experiencias y qué personas han tenido mayor impacto en lo personal y lo laboral?
Fueron y son varias las personas que han tenido un gran impacto en mi vida. Desde mis padres, que siempre me inculcaron la importancia de estudiar una carrera, a los socios del Estudio, Nicolás Herrera y Álvaro Tarabal. Ellos fueron extremadamente generosos y apostaron por mi desarrollo profesional desde muy temprano. También mi marido, que hoy me acompaña e incentiva a seguir adelante.
Creo que ningún éxito profesional se logra solo. Siempre hay personas que con mucha generosidad, contribuyen al logro de los objetivos de otros. En mi caso, hice mi carrera en un estudio donde la generosidad de los mayores hacia los más jóvenes ha sido y es una constante. Uno de mis principales objetivos es seguir con ese legado, contribuyendo a formar y dar espacios a las generaciones más jóvenes.
De no haber sido abogada ¿Qué otra profesión cree que habría desempeñado con éxito y pasión?
Durante muchos años pensé que no podría haber sido otra cosa, pero a medida que pasan los años se me ocurren más profesiones que podría haber desarrollado. Todas tienen sin embargo algún punto en común con la abogacía.
Un ejemplo es la psicología. Me apasiona comprender la conducta humana y los procesos que llevan a ella. Muchas veces siento que, sin ser una experta por supuesto, aplico intuitivamente la psicología en mi profesión. No sé si habría desempeñado esta profesión con éxito, pero sí definitivamente con pasión.
También podría haber sido escritora. Me encanta pensar y comunicar ideas por escrito, pero es un trabajo bastante solitario. Probablemente no hubiera sido sostenible, ya que me habría faltado una de las cosas que más disfruto de mi trabajo, el trato y contacto con las personas.
¿Qué es lo más satisfactorio y lo más frustrante de ejercer el Derecho Corporativo en Uruguay?
Lo más satisfactorio es que somos un mercado chico pero muy sofisticado. Esto nos permite de una u otra manera participar en las principales operaciones que ocurren el país. A veces siento que el estudio es una suerte de termómetro de lo que está ocurriendo a nivel económico en Uruguay. Lo más frustrante es que en muchos aspectos de la legislación uruguaya, relacionada con el Derecho Corporativo, no se le ha dado lugar suficiente a la autonomía de la voluntad de las partes y eso de algún modo, limita nuestro proceso creativo.
¿Cuáles son, en su experiencia, los puntos fuertes de Uruguay para atraer inversores?
Sin lugar a dudas la estabilidad política y la seguridad jurídica. Ambos son elementos fundamentales que generan la confianza necesaria para la inversión extranjera. Es algo que, de algún modo, en Uruguay lo damos por hecho y eso es muy valorado por cualquier inversor internacional. Este respeto por las reglas del juego ha sido, es y seguirá siendo fundamental para el desarrollo del país.
La jurisdicción uruguaya es geográficamente de las más pequeñas, pero en términos de trayectoria de las más maduras y respetadas. Un informe de PwC del año 2013 reconocía el “respeto a la claridad legal” que existe en Uruguay ¿Qué ventajas han supuesto este alto desarrollo de las instituciones de su país en comparación a otros países de la región? ¿Ha sabido el sector legal aprovechar esta coyuntura y popularidad para ser más competitivo?
Como mencionaba, el mercado legal uruguayo es maduro y sofisticado. Uruguay siempre tuvo más prestigio que su tamaño. La independencia real del poder judicial, la ausencia de corrupción en general y en especial judicial, son garantías importantes. Nuestro país siempre ha tenido juristas con proyección regional o mundial que ayudaron a consolidar una larga tradición de respeto a la Constitución y a las leyes y un respeto a la propiedad privada en el marco de un Estado de Derecho sólido y estable.
Esta es una importante ventaja comparativa. Se ha visto en el área financiera en décadas pasadas y ahora en inversiones de montos muy relevantes. De otra forma tal vez no pensarían en instalarse en el país. Las debilidades de la región en esta área permiten a Uruguay destacarse como muy confiable. El mercado legal no sería ni tan maduro ni tan sofisticado de no tener esta escuela y esta oportunidad.
Lleva casi 20 años trabajando para Guyer & Regules ¿Cuál ha sido la estrategia de su firma para “retenerla”?
Me cuesta un poco pensar en la palabra “estrategia”, cuando la realidad es que se trata de algo más profundo. Fue la cultura de la organización la que me atrapó y me retuvo; una cultura de excelencia, de colaboración, responsabilidad, de una gran generosidad y que promueve el trabajo en equipo.
En la cultura de Guyer estamos allí porque disfrutamos de ir a trabajar todos los días. Implícitas están todas las satisfacciones y aspiraciones que como individuos buscamos en nuestro trayecto de vida: trabajar con personas que respetamos y que nos respetan y valoran (eso incluye a nuestros clientes), disfrutar del trabajo y tener espacios para crecer.
En el estudio decimos que la carrera es responsabilidad de uno mismo. Por tanto, “retener” no es un “objetivo”, porque tiene un tono como de imposición. Que a nuestra gente le guste y disfrute de trabajar en el estudio, esa sí es una aspiración.
Adicionalmente hace más de una década, Guyer implementó políticas para que las mujeres puedan sentir esa satisfacción, ganas y placer de ir a trabajar cada día. Se tomaron medidas que sin duda han contribuido a motivar tanto a mí como a otras mujeres profesionales. Un ejemplo son las políticas de media jornada y flexitime, que permiten a las profesionales optar por un horario reducido para compatibilizar su carrera profesional con la maternidad. Esto también habla de la cultura del Estudio.
Hablando de trayectorias largas ¿cómo ha visto evolucionar la práctica corporativa en estas casi dos décadas? ¿qué aspectos han supuesto cambios más drásticos a la hora de ejercer la profesión?
Los cambios no han sido revolucionarios. El volumen de abogados entrenados en el exterior y que fueron dominando la complejidad de las operaciones internacionales creció junto con el tamaño de los principales estudios y con el país. De este crecimiento surgen oportunidades para jóvenes talentos de ocupar roles in – house que no existían en los 90, porque no había suficiente talento y el tamaño y necesidad de las empresas no lo requería. Con 15 años de crecimiento ininterrumpido, la mayor competencia por talento obligó a las firmas a evolucionar, competir y mejorar. Esa es la lenta evolución del mercado uruguayo legal corporativo
Guyer & Regules tiene un pack de asesoramiento inicial para emprendedores ¿cómo se está desarrollando el servicio y qué valoración han recibido hasta ahora de los emprendedores?
La idea surgió hace varios años. Vimos que las start-ups que iban a ser adquiridas por otras empresas tenían contingencias que de haber sido asesoradas correctamente, no hubieran existido. Desde el punto de vista de los emprendedores, estas situaciones muchas veces actuaban como un boomerang al momento de formalizar una inversión o una adquisición. Fue así que ideamos esta propuesta.
La valoración ha sido excelente. Ha sido sumamente enriquecedor para nosotros, porque es muy distinta la manera de pensar y actuar de una empresa multinacional madura a la de un emprendedor que recién empieza. Nos obligó a adaptarnos a este nuevo perfil y solo ha traído resultados positivos.
Usted es muy conocida en la profesión por liderar iniciativas de empoderamiento femenino y participar en actividades que fomentan la diversidad. En otra entrevista declaró que esperaba otorgar, desde su posición como socia, el "punto de reflexión femenina" a la organización ¿cuál es ese valor añadido y de qué manera se materializa en la rentabilidad del negocio?
Las mujeres representamos la mitad de la población y tenemos características distintas a las de los hombres. Considero de suma relevancia que esta diversidad se vea reflejada a nivel empresarial; que existan más mujeres en roles de liderazgo que den su propia visión y sean la prueba de que “es posible”. Quiero que nos aseguremos de que el camino que hemos recorrido y seguimos recorriendo no se agote en nosotras, sino que se le dé lugar a las generaciones más jóvenes. Hay diversos estudios y análisis que aseguran que las empresas con mujeres en los roles de liderazgo además de ser mejores lugares de trabajo, son económicamente más rentables.
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